jueves, 20 de febrero de 2014

Capítulo 9: Solo Déjate Amar

POV Jacob

Maneje toda la noche, aunque odiaba hacer viajes largos en coche, ella lo valía, cada segundo que pasaba sin verla era una agonía, nunca pensé que extrañaría tanto a una persona a tal grado de casi llegar a la locura, pero así era. Con ella todo era al extremo, la última imagen que rondaba en mi cabeza era su rostro mostrando el enfado que le habían causado mis palabras, se podía ser tan imbécil, no paraba de maldecirme por mi estupidez pero no pararía hasta pedirle perdón y solucionar las cosas.
Después de unas horas, el silencio era insoportable, solo hacía que mi cabeza pensara y pensara en Renesmee, por eso que encendí la radio buscando despejarme, cosa que no sucedió. Parecía un complot, cada canción lo único que me recordaba era nuestro tiempo juntos, o lo mucho que la echaba de menos, algunas describían exactamente lo que sentía por Nessie. Hubo una en especial que me llamo la atención más que otras, creo que había sido creada para mí. Después que termino la canción, la letra se repetía una y otra vez en mi mente.
Apague la maldita radio, lo mío ya era masoquismo, realmente necesitaba ayuda profesional.
Cuando llegue a Montana lo primero que hice fue rentar un pequeño cuarto cerca del instituto de Renesmee. No era la gran cosa, únicamente una habitación y un baño, todo muy sencillo, tampoco es que quisiera lujos ni nada por el estilo.
Antes de salir a su escuela tome una ducha, más tarde comí algo en un pequeño restaurante ubicado en la esquina de la pensión.
Después me encamine a la academia de arte, para ser sinceros no imagine que sería enorme, pero así era. Uno se podía perder allí de tantos edificios y salones de clases. Todo esto me retraso y tarde un tiempo en encontrar el despacho administrativo. Cuando finalmente halle el bendito lugar, me acerque a la mesa de informes y hable con la secretaria.
—Buenos días —saludé a la recepcionista.
—Buenos días, en que puedo ayudarle —preguntó con una gran sonrisa.
—¿Busco a un pariente? —respondí.
—Bien… ¿me podrías decir su nombre?
—Renesmee Cullen.
—¿Y sabe a qué clase asiste para poder localizarla?
Demonios —pensé—, no tenía ni la menor idea que cursos realizaba aquí.
—La verdad no.
—¿Tiene alguna identificación?
Le mostré mi documento y anoto los datos en unos papeles. Parecía dudar en darme la información que necesitaba. De modo que tenía que hacer algo más.
De modo que me incline un poco adelante y la miré a los ojos cuando hable.
—Mira ella es mi prima y hace mucho que no la veo. Acabo de llegar a la ciudad y quería darle una sorpresa, te agradecería mucho si me ayudas a encontrarla —le expliqué devolviéndole la sonrisa y guiñándole un ojo.
—Bueno… en ese caso creo… que puedo ayudarte —respondió un poco ruborizada.
Rápidamente toco el teclado de su computadora y me anoto los datos en un pequeño papel.
—La señorita Cullen asiste a clases a partir de mañana, a las 9:30hs en el ala norte, acá tienes un plano del lugar.
—Muchísimas gracias —sus dedos rozaron mi mano cuando tome el papel y también me guiño el ojo a la vez que se mordía el labio mientras me miraba.
—De nada… y si necesitas alguna otra cosa mas no dudes en volver —aclaró.
—Lo tendré en mente —murmuré mientras me retiraba, creo que exagere un poco al intentar seducirla.
Salí de las oficinas del instituto y camine un poco por los alrededores. Recorrí alguna tiendas para pasar un poco el tiempo después de todo todavía quedaba un día para encontrarme con Nessie de nuevo. Cuando pasaba por una tienda de discos, la canción que escuche en la noche se me vino a la mente de nuevo. Decidí entrar y preguntar si tenían el disco, cuando el vendedor regreso con el no dude en cómpralo.
La noche en vela comenzaba a notarse en mi cuerpo, aunque estaba acostumbrado a no dormir debido a mis patrullas nocturnas con la manada, el cansancio que tenía, además mental por pensar y pensar en Nessie.
Regrese a la pensión y medite en lo que le iba decir al otro día.
Pero si ella ¿no quería escucharme?, debía tener un plan B. Si tal vez ella no deseaba hablar conmigo podría entregarle una carta y regalarle la canción que tanto me recordaba a ella.
Una hora después el cansancio me venció y me dormí sin problemas. Por la mañana, los rayos de sol que atravesaban la ventana me despertaron, mire el reloj que colgaba en la pared, eran más de las 11hs.
—Que idiota me quede dormido —murmuré.
En un minuto me aliste y salí desesperado hacia su encuentro.
Busque el ala norte, intentando guiarme con el plano que me dio la secretaria, pero no era fácil, era literalmente un laberinto, recorrí los edificios y pregunte a las personas que pasaban por allí, ninguno conocía a Renesmee. Después supe que a esa escuela asistían más de 1000 alumnos. El lugar por consiguiente había estudiantes por todos lados, esta era una búsqueda muy complicada.
Unas muchachas que estaban a unos metros me miraban de forma curiosa e intercambiaban miradas cómplices mientras hablaban.
A los pocos minutos se acercaron.
—Pareces perdido, ¿buscas a alguien? —inquirió una de ella. Era una rubia de ojos negros.
—Sí, busco a Renesmee Cullen, ¿la conocen?
—No, lo lamento —me contestó la muchacha.
—Yo sí. Va conmigo a teatro –aclaró su amiga-, era un poco más baja y pelirroja. Su amiga la fulminó con la mirada, parece que no le gustó nada que me ayudara.
—¿Sabes dónde puedo encontrarla?
—La acabo de ver atrás de aquel edificio —me indicó.
—Muchas gracias —le sonreí.
—Si quieres te acompañamos —me ofreció la rubia.
—No, gracias no es necesario —contesté muy amable.
—Bueno… un placer, ¿cómo es tu nombre?
—Jacob —respondí sin mirarla.
—Yo soy Cindy y ella es Stela, espero que nos volvamos a encontrar por aquí —murmuró un poco sensual, parece que no aceptaba negativas esta chica.
—No lo creo, pero gracias de nuevo —mascullé ya alejándome de ellas.
Logre rodear rápido el edificio que me indicaron. A unos metros al fin la vi, mi corazón no tardo en alegrase y agitarse en cuanto la visualice, se encontraba sentada en el césped cerca de un árbol, uno de los tantos que rodeaban el lugar. Pero no estaba sola, en frente se hallaba un muchacho, seguro era un compañero, estaban hablando y el de improviso le tomo la mano y la abrazo mientras una estúpida sonrisa le atravesaba el rostro. Nessie no tardo en devolver su abrazo y depositar un beso en su mejilla.
Mi cuerpo dejo de responderme para quedar enraizado al suelo sin moverme. Me hervía la sangre por dentro y los celos me estaban carcomiendo, deseaba fervientemente apartarlo de un golpe por atreverse a poner sus ojos sobre ella.
Mi cuerpo seguía traicionándome y los espasmos comenzaban a surgir, como me ocurría cuando me descontrolaba. Intente respirar varias veces para calmarme poco a poco.
El muchacho se puso de pie y se fue dejándola sola.
Me acerque a ella lentamente, tenía los ojos cerrados y respiraba despacio.
—Nessie —susurré.
Renesmee abrió los ojos y clavo su mirada en mí. Por su rostro atravesaron un montón de emociones. Sorpresa, melancolía, tristeza y finalmente enojo.
—Que… ¿Qué haces aquí? —tartamudeó nerviosa.
—Vine hablar contigo —murmuré.
—Yo no tengo nada que hablar contigo —dijo furiosa.
Comenzó a guardar todas sus cosas en su mochila y se puso de pie sin siquiera mirarme y se alejó.
Con unos cuantos pasos la alcancé y la hice girar tomándola por su brazo.
—¡Suéltame! —me ordenó.
Le hice caso resignado, no lograba nada haciendo que se molestara más conmigo.
—Por favor, solo te pido unos minutos, nada más —le supliqué.
Suspiró y se cruzó de brazos, clavando su vista en el suelo. A leguas se veía que no quería mirarme a la cara.
—Tienes un minuto —apenas pude escucharla, ya que fue casi un susurró.
Bien trate de aclarar mi mente. Esta era la oportunidad que buscaba y debía aprovecharla.
—Sé que decir lo siento no alcanza. Pero en verdad lo lamento, nunca debí hablar de esa forma de tus padres.
—¡Cielos! —suspiré—, nunca pensé que fueras su hija, y no quiero decir que eso me libera por lo que dije. Ese día no era yo, estaba desquiciado porque te fuiste de repente de la casa de Sam. Me volví loco, porque no podía encontrarte para explicarte lo de Maia y…
—No necesito que me aclares nada de tu vida personal —masculló interrumpiéndome.
—Nessie, yo…
—¡No me llames así! —levantó la voz enojada-, la única que puede llamarme de esa forma es Lindsay y tú no eres ella —me aclaro fríamente.
Eso me dolió mucho, sus ojos, los que tanto amaba eran fríos como el hielo y me miraban con desprecio.
—Nunca quise jugar contigo lo que te dije es cierto, te quiero.
—¿No me digas? ¿Quieres a un engendro? —me preguntó con ironía.
—Perdón… jamás quise referirme hacia ti de ese modo… fui un idiota —murmuré—, tú eres la persona más especial que he conocido en mi vida, a la última que algún día quisiera lastimar.
—No quiero escuchar más mentiras —inquirió mientras se tapaba los oídos.
—Lo que viste no significa nada —aclare—, ella me beso, no debí permitir que pasara –intente explicarle.
—La que no debió permitir que esto pasara soy yo —bramo con rabia—, pero ya no vas a jugar conmigo, Jacob Black.
—No estoy jugando contigo Renesmee, te amo —dije acercándome, pero inmediatamente ella retrocedió.
—Tú no quieres a nadie y no me importa lo que sientas. Solo apártate de mí.
—Pídeme lo que quieras menos eso. No puedo estar separado de ti, es demasiado doloroso e insoportable. Mi vida es tuya y no se vivir si no estás a mi lado.
—Creo que exageras, ¿no te parece? Apenas nos vimos un par de veces, o ahora me vas a decir ¿Qué es amor a primera vista?
—Se podría decir que sí, aunque te cueste creerlo. Es una conexión muy fuerte, sé que puedo demostrártelo si me das la oportunidad.
—Pierdes tu tiempo —bufó.
Nessie era muy testaruda, pero no me iba a dar por vencido. Sabia en el fondo que ella también me quería, de lo contrario no estaría tan enfadada, y se notaba que trataba de demostrarse segura y por eso esquivaba mirarme a los ojos, en los cuales por momentos destellaban una profunda tristeza.
—No creo estar equivocado, sé que tú me quieres de la misma manera. Me lo demostraste cundo te bese y cuando me abrazaste. ¿Te acuerdas?
—Ni siquiera me acuerdo de eso. Por cierto no fue la gran cosa, he recibido mejores para que lo sepas.
Me puse furioso por esto último, el imaginármela en brazos de otro mientras la besaban, era demasiado.
—Eso puede arreglarse –discutí mientras la tomaba por la cintura y la acercaba a mi cuerpo. Fui muy rápido. Y ella no espero esa reacción, pero ya estaba perdiendo la paciencia y mis celos me sobrepasaban.
Me desconocía a mí mismo, pero con Renesmee perdía la cabeza por completo.
—Que… ¿Qué haces? —preguntó nerviosa.
—¿Qué crees?, voy a hacer que recuerdes mis besos para siempre.
Nessie comenzó a removerse entre mis brazos, era fuerte, aunque yo más. Lentamente me fui acercando, se quedó mirando mi rostro muy enfadada.
—No te atrevas, te juro q…
Aplaste sus labios con los míos, Renesmee intentaba zafarse de mi abrazo golpeando mi pecho con sus puños. La acerque más a mí mientras la giraba para apoyar su espalda contar un árbol cercano. Sus golpes no me hacían el menor daño, solo lograban que la besara con más fuerza y pasión. Poco a poco su cuerpo se fue relajando, ya no me golpeaba ni se quería alejar de mi lado. Sus manos se deslizaron lentamente por mi pecho llegando hasta mis hombros.
Nessie entreabrió sus labios y no lo pensé dos veces, introduje mi lengua en su boca para encontrarme con la suya, probé su exquisito aliento y ella probo el mío. El beso empezó salvaje lleno de pasión y furia y a medida que me respondió se tornó cálido, suave con mucho amor. Renesmee llevo sus manos a mis cabellos y enredo sus dedos en ellos. Ambos disfrutamos del momento mientras nuestros labios se movían completamente en sincronía.
Yo no hacía más que acercarla a mi cuerpo, para asentir su calor y ella hacia lo mismo con mi rostro. Nos besamos un largo tiempo, hasta que respirar se hizo necesario. Apoye mi frente sobre la suya, como cuando la bese por primera vez. Y me dedique a escuchar el sonido de nuestros corazones, latían desbocados y respirábamos de forma entrecortada.
—Te amo y no sabes cuánto te extraño cuando no estás conmigo —murmuré colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja—, cada vez que cierro los ojos lo único que veo es tu rostro —susurré mientras buscaba sus labios nuevamente, pero ella aparto su rostro.
—Y yo cada vez que cierro los ojos te veo besándote con ella —contestó con amargura-, pero esto no volverá a suceder.
Sus lágrimas comenzaron a bañar su cara, mientras trataba de limpiarlas con sus dedos.
—Nessie perdóname… no sabes cómo me duele verte así.
—¡Hazme un favor y vete! —gritó.
Ya no sabía que hacer la estaba perdiendo y encontraba qué camino tomar para llegar a su perdón.
—¿Carlie? ¿Qué pasa? —su amigo apareció y me miraba con recelo, Renesmee me dejo para correr hacia él.
—Nada mi amor —le contestó mientras lo besaba en sus labios y tomaba su mano.
—¿Mi amor? ¡Qué demonios!, es una broma no, ¿no? —le pregunté desconcertado.
—Matt, él es Jacob, un amigo del novio de Caroline, te acuerdas ¿Qué te hable de él?
—Sí, lo recuerdo —contestó pasando unos de sus brazos por los hombros de Renesmee.
—Jacob, él es Matt mi novio.
Mi peor pesadilla desde que la conocí se estaba manifestando ante mis ojos en esos momentos, no podía ser verdad, ella mentía, lo hacía seguro por haberla lastimado.
Tenía ganas de saltar sobre él y destrozarlo en un abrir y cerrar de ojos. Pero asesinarlo en frente de ella, no era una buena idea. Apreté mis manos en formas de puños mientras trataba de buscar una pequeña mínima porción de cordura en mi cerebro, para que no entrara en fase y cometiera una locura.
No me perdonaría jamás si accidentalmente hería a Nessie.
—Podemos terminar nuestra charla —intenté sonar lo más calmado posible.
—Mmm… Creo que ya hablamos todo —dijo firmemente.
—No te preocupes cariño, habla con tu amigo, te espero en el comedor, pero no tardes —le dijo el tal Matt mientras la abrazaba y se acercaba para besarla.
Esta vez desvíe la mirada, no quería ver, no sé si tal vez me pudiera controlar.
Una y otra vez me repetía que era mentira. Un engaño para ponerme celoso. De nuevo los temblores me traicionaban y decidí poner un poco de distancia, no sabía si todavía tenía algún control de mí.
Mi cabeza daba vueltas.
—¿Adónde vas?, no voy a seguirte por todos lados.
—Quédate ahí —le ordené. Respiré tratando de calmarme.
—Como quieras, pero se breve a mi novio no le gusta esperar —su jueguito ya me exasperaba.
—Porque mientes Renesmee, no hace falta que hagas esos numeritos con tu amigo.
—No miento Matt es mi novio y lo quiero mucho.
—Y porque no me dijiste nada.
—Estábamos distanciados, pero ya volvimos.
Es un engaño, es un engaño, no me cansaba de repetírmelo, Jacob tranquilízate, no te alteres —respiraba con dificultad buscando un poco de paz.
—¿Qué te pasa?, por qué estas temblando —su voz sonó preocupada.
—No es nada será mejor que me valla —tenía que alejarme, si la dañaba me odiaría por siempre.
—¡Jacob!, espera.
No pude evitar acercarme de nuevo a donde estaba.
—Dime.
—Ya no vuelvas, por favor —me pidió esquivando mis ojos.
Mi corazón se rompió ante su petición, pero si eso quería la complacería.
—Si eso es lo que deseas —logré susurrar.
Me acerque más y la abrasé, la necesitaba, lentamente mis temblores se calmaron… era increíble el poder que esta mujer tenía sobre mí.
—No te preocupes ya no te molestare más, solo quiero que sepas que para mí lo más importante es que seas feliz y si lo quieres a él no intervendré —le murmuré al oído.
Me aparte solo para ver su rostro por última vez, y me encontré con una mirada con mucho dolor.
—No estés triste ya no te haré sufrir más —le dije acariciando su mejilla.
Nessie cerró los ojos y nuevamente sus lágrimas caían por su cara. Las limpie con el dorso de mi mano. Me partía el alma verla así, tan vulnerable.
—No quiero insistir, pero si vuelves a Forks algún día. Me gustaría que pudieras considerar la posibilidad de que podamos ser amigos. No te pido más… Solo eso.
—Jacob no creo q… —la calle poniendo un dedo en sus labios.
—Solo piénsalo, no me respondas ahora —le pedí tratando de sonreír.
—Lo pensaré.
—No te molesta si te doy algo, lo compre cuando llegue —saque el pequeño sobre de mi chaqueta—, es un CD y una nota que escribí para ti.
Renesmee lo tomo sin protestar y lo guardo en su mochila.
—Gracias —susurró.
—Bueno… Supongo que es un hasta pronto —no sabía cómo todavía no me desmoronaba por el dolor que crecía cada vez más en mi interior.
—Eso creo —murmuró.
Volví a envolverla en mis brazos, esta vez ella también me abrazo.
—Adiós Nessie, te amo…
Retrocedí y por última vez bese sus labios.


POV Renesmee

Cuando entre al comedor Matt me esperaba en la mesa de siempre. No sé lo que vio en mi rostro pero inmediatamente se acercó a mí y me abrazo, no pude más, y deje que todo la pena que sentía saliera. No sé cuánto tiempo llore sobre su hombro, lo único que él me decía era que todo estaría bien. Me llevo hasta la mesa y tome asiento.
—Lamento haberte utilizado para mentirle —murmuré.
—No te preocupes te dije que contabas conmigo para lo que fuera, para eso están los amigos.
—No quiero entrar a clases, no tengo ánimos de nada.
—Por supuesto, nos quedaremos aquí. Porque no me cuentas como es que llegamos a nuestro noviazgo —murmuró en un intento fallido por hacerme sonreír.
Le conté todo, incluido el increíble beso que me había dado Jacob, él tenía razón, jamás olvidaría la manera en que me beso. Mis labios todavía ardían por el contacto y deseaba con todas mis fuerzas que me volviera a besar de esa forma.
—No crees que en verdad estaba arrepentido, no se… Carlie. Nunca en mi vida vi en ninguna persona el dolor que reflejo su rostro cuando le dijiste que yo era tu novio, sin mencionar que después parecía que quería matarme.
—No se Matt, estoy confundida, todo el tiempo lo único que me ronda por la cabeza es que me mintió, lo veo todo el tiempo besándose con ella, tengo miedo.
—De que tienes miedo exactamente, de lo ¿Qué siente?
—No lo sé, no sé lo que siento.
—¿Cómo que no sabes lo que sientes? —hizo una breve pausa-, dime ¿te gusta? ¿Te agrado que te besara?
—Si me gusta y también me gusto que me besara.
—¿Entonces?
—No sé, tal vez tengo que buscar las repuestas en otro lado, mejor me voy, quiero pensar a solas Matt.
—Ok, pero llama si necesitas algo, a cualquier hora, eso no importa —me exigió.
—No te preocupes Matt y gracias por todo.
Salí del instituto y telefonee a mi tío Emmett para que pasara por mí.
Cuando llego me subí a su jeep lo salude e inmediatamente me puse el reproductor de mp3 para escuchar música, no quería hablar con nadie. Él pareció notar mi mal humor y no dijo nada.
Afortunadamente no había casi nadie en casa, papá, el abuelo Carlisle y tío Jasper habían salido a Alaska por un par de días, me preocupe por un momento, pero mi abuela me tranquilizo diciendo que eran solo unos asuntos que tenían que resolver.
Alice y Rosalie también estaban fuera, se habían ido a comprar unos muebles, de repente se les ocurrió remodelar la sala.
De manera que quedamos mamá, mi abuela Esme y mi tío Emmett. Cuando salude a mi madre trate de disimular mi estado de ánimo, ella se extrañó al verme en casa tan temprano, pero le explique que se suspendieron algunas clases. Tome una manzana de la heladera y me dirigí a mi cuarto.
Apenas estuve dentro de mi cuarto me tire en mi cama y vacíe mi bolso sobre ella, buscando el sobre que me regalo Jacob.
Saque el CD y desdoble un pequeño papel.

Nessi:
No sé por dónde empezar, tal vez merezca que me odies por la forma en que me referí a ti y a tu familia. Te lastime y no sabes cuánto me arrepiento de eso.
No sé qué hacer para volver el tiempo atrás y no repetir tantos errores. Sin embargo eso no lo puedo hacer.
Desde que te conocí mi vida se ilumino, nunca me sentí tan completo. Desde el primer momento fuiste mi otra mitad. Sé que será difícil de creer para ti, sobre todo después de lo que viste o de lo que interpretaste, al ver a Maia besándome, pero no tengo excusas ante eso.
Solo quiero que sepas que te amo y eso nunca va a cambiar.
Si estás leyendo esto, es porque a lo mejor no me permitiste hablar contigo.
Te compre un CD, anoche cuando viajaba para verte, escuche una canción en la radio y me identifique con ella. Habla sobre lo que siento por ti y como dice el titulo desearía me dieras una última oportunidad para amarte como te mereces.
Jacob

PD: es la canción Nº4 “solo déjate amar”

Deje su nota sobre mi cama y tome el CD para colocarlo en el reproductor de música que estaba sobre mi escritorio. Lo coloque dentro y busque la canción para escucharla. Volví a mi cama mientras comenzaban las primeras melodías.


Te he buscado tanto
Y hoy que te he encontrado sé
Que no hay nadie más.

Nunca he sido un santo
Debo confesarlo ya
Con honestidad.

Fueron tantas horas
Tan solo y triste
Hasta que te vi.

Tú llenas mi vida
Tú llenas mi alma
Por eso siempre quédate aquí
Sólo déjate amar.

Un océano entero
No me ha impedido
Llegar hasta donde estás.

Todo lo que hago
Te lo quiero entregar
Y cada día más.

Fueron tantas horas
Tan solo y triste
Hasta que te vi.

Tú llenas mi vida
Tú llenas mi alma
Por eso siempre quédate aquí.

Ámame y déjate amar
Puedes en mí confiar
Dime que estás sintiéndome
Y puedes al fin verte en mí
Verme en ti.

Siempre quédate aquí
Tú llenas mi vida
Tú llenas mi alma
Por eso siempre déjate amar
Porque no puedo si te vas respirar
Dime que estás sintiéndome
Déjate amar
Que no ves que este amor es mi luz

Te he buscado tanto
Y hoy que te he encontrado sé
Que no hay nadie más


Cuando la canción término no pude contener mi llanto ya no eran solo lágrimas silenciosas, el dolor era muy grande y tenía ganas de gritar con todas mis fuerzas.
Mi madre no tardó en llegar a mi habitación, me encontraba abrazaba a mi almohada y no paraba de llorar. Se colocó a mi lado y fácilmente me puso en su regazo mientras me sujetaba con fuerza.
No habló hasta que me tranquilice un momento.
—¿Qué te pasa cielo, me estas asustando? —preguntó preocupada.
—Estoy muy triste —susurre.
—No es tristeza Renesmee, es algo más, ¿por qué no lo me cuentas?
No sabía por dónde comenzar, nunca en mi vida le oculte algo a mi madre, pero no tenía el suficiente valor para contarle que sentía algo por Jacob, su amigo y su antiguo enamorado, era algo extraño. Ni yo tenía certeza exactamente de lo que sentía, pero en el fondo me dolía haberle dicho adiós, y no sabía porque.
—Cuando fui a Forks conocí a alguien —murmuré.
—¿Conociste a alguien? —preguntó con curiosidad—, ¿A quién?
—A un amigo del novio de Caroline.
—Continua —me pidió.
Le conté todo a mi madre, salvo quien era el realmente y nuestra última discusión en casa de mi abuelo. También lo que pasó hoy en el instituto y porque había llegado temprano a casa, hasta le hice escuchar la canción que me dedico.
—Es una bonita canción —me dijo sonriendo.
—Si es muy bonita.
—Mamá no sé si creerle y si me está engañando y solo quiere divertirse conmigo.
—Pues no creo que sea así, viajo muchos kilómetros para venir a disculparse contigo, si realmente le interesara esa chica se hubiera quedado con ella, además si tu amiga te dijo que es un buen chico así debe ser, tu padre no se opuso a que fueras a Forks no solo porque tienes todo el derecho a estar con tu abuelo, también sabía que estarías rodeada de buenas personas y Caroline es una buena amiga. Tal vez la culpable sea esa chica, la tal Maia, la que se reúsa a dejarlo.
—Tal vez lo mejor es dejar las cosas de esta manera.
—No hija no te engañes, eso no es lo mejor, mira como estas, no puedes ocultar lo que sientes.
—Ese es el problema, no sé lo que siento, no sé porque estoy así.
—Si lo sabes, estas Enamorada…

Capítulo 8: Tristeza

POV Jacob

—¿Te vas a quedar ahí bajo la lluvia muchacho?
No sé cuánto tiempo estuve parado mirando hacia la nada. Ella no estaba, se había ido. Me sentía completamente vacío por dentro. El tiempo se había detenido y todo lo que me rodeaba ya no tenía sentido.
Pero tenía que encontrar las respuestas a todas las preguntas que se comenzaban a amontonar en mi cabeza.
Decidí mover mis pies de allí y volver adentro de la casa.
Charlie estaba parado en la puerta mirándome confundido.
—Se puede saber ¿Qué te pasa, Jacob? —inquirió.
Me senté en el sofá y hundí mi cabeza entre mis rodillas. Intente tomar aire y respirar, otra vez los temblores amenazaban con volver.
—Puedes explicarme ¿Cómo es que Renesmee es tu nieta? —susurré.
Charlie tomo asiento nuevamente y hablo muy tranquilo.
—Ya te lo dije… es hija de Bella y Edward.
—Pero si tiene 18 años, eso no puede ser —mascullé incrédulo.
Él suspiró.
—En apariencia tiene esa edad pero acaba de cumplir siete años.
—¡¿Qué?! ¿Tiene siete años? —medio grité.
—Haber… —dijo rascándose la cabeza—. Como te explique antes ella es especial, su crecimiento no es normal, fue muy acelerado, como veras su apariencia y mente es la de una joven mujer. Carlisle me contó que se debe a que cuando fue engendrada su padre era un vampiro.
Pensé en su explicación, eso tenía algo de sentido. De pronto una idea atravesó por mi mente.
—Si crece tan rápido, dentro de unos pocos años… envejecerá y morirá —murmuré.
—No, Jacob, al principio mi hija y Edward, también temían por eso. Pero luego de investigar surgieron otros casos de personas como mi nieta. Hay un joven que les ayudo a despejar todas esas dudas, es como Renesmee, su padre era un vampiro y su madre humana como mi hija. Él aparenta más de veinte años, pero en realidad tiene más de 150 años y no envejece desde que cumplió los siete u ocho años. Así que Renesmee vivirá por mucho tiempo.
Esto último logro apaciguar el dolor que había comenzado a sentir con solo imaginar que ella podría dejar de existir en este mundo.
—Se puede saber, ¿De dónde conoces a Renesmee?, porque ya se conocían por lo que pude observar, ¿no? —me cuestionó.
—Es amiga de Caroline, la novia de Seth —aclaré.
—De manera que la amiga de mi nieta es novia de Seth… vaya… que coincidencia —masculló sorprendido.
—Y tú eres supuestamente, el tío que vino a visitar —añadí irónicamente.
—Sí. Es evidente que no podía decir que era mi nieta, si mi única hija es Bella. Las edades no concuerdan. ¿No te perece?
Me quede en silencio pensando, en las ironías de la vida. Yo Jacob Black imprimado de la hija de la mujer que en un momento fue el amor de mi vida. Esto era una verdadera locura.
—¿Anoche estuviste en la reunión donde fue Renesmee?
—Sí. Estuve con ella –susurré.
—Entonces debes saber ¿Qué le paso? Volvió a casa extraña, triste si se puede decir —él me miraba con los ojos entrecerrados.
—No lo sé —mentí, por dentro me maldecía por haberla lastimado y echar todo a perder.
—Para serte sincero nunca la había visto de esa forma… siempre es muy alegre y anoche la encontré, apagada. Lo bueno es que regresara a su casa, allí estará bien.
No pude evitar sentirme como un maldito cretino, por mi culpa estaba herida y triste.
—¿Ella vive con Edward y Bella?
—Sí, y con Carlisle, Esme y los demás. Nunca se separan por mucho tiempo.
—¿Y pueden pasar desapercibidos como lo hacía en Forks?
—Sí. Ellos no viven en la ciudad, su casa está ubicada a las afueras. Es un lugar bien apartado en medio de un bosque, rodeado por algunas montañas.
Charlie continúo explicándome todas las cosas que sabía sobre Nessie. Fui guardando cada detalle de su vida en mi mente. También saco un viejo álbum de fotografías que tenía guardadas en uno de los cajones de un viejo mueble de la sala. Allí se podían ver toda la vida de mi amor hasta el día de hoy, se veía preciosa de bebe, en cada página se reflejaba el avance del tiempo en todo su cuerpo, hasta convertirse en la bella mujer que es ahora.
Le pedí a Charlie que me trajera otro refresco y cuando se fue a la cocina tome una foto de ella, salía en el porche de su casa tenía un bonito vestido blanco y su pelo caía suelto sobre uno sus hombros. Su cara mostraba una hermosa sonrisa. Tome la fotografía y la guarde dentro de mi chaqueta. Por lo menos tendría algo de ella por el momento.
Seth al fin regreso con Sue. Después de ayudarla con sus paquetes, nos despedimos y volvimos a La Push, a su casa.
Por el camino le conté todo, al igual que a mí, la noticia lo sorprendido. Le costó asimilar la información y todo este enredo.
—Entonces ella es un ¿semi-vampiro?
—Se podría decir que si, aunque no huele horrible como ellos. Se alimenta igual que los Cullen, pero también come alimentos normales como pudimos apreciar con nuestros propios ojos.
—Wow… —exclamó—, esto sí que nunca me lo hubiera imaginado. ¿Y qué piensas hacer?
—Buscarla, no me importa lo que sea, de quien es hija, yo la amo, para mi ella es mi Nessie, lo demás no me interesa.
—Bien. Lo difícil será que te escuche. No solo esta enfada por lo de Maia. Ahora también esto, lo que dijiste de ella y sobre su familia. ¿Se puede saber en que estabas pensando Jacob?
—Ese es el problema desde que la conocí ya no pienso, ya no razono, estoy hecho un idiota. Sin mencionar que jamás me imagine todo lo acabo de descubrir.
—Así que Bella y Edward ahora serán tus suegros —bromeó Seth.
Lo fulminé con la mirada, no estaba para sus bromas.
—Lo siento, quería amenizar un poco las cosas —se disculpó.
—Mejor ocúpate de conseguirme la dirección del instituto, no puedo buscarla en su casa, Edward no tardaría en leerme la mente.
—Ya había olvidado eso, será mejor que te mantengas alejado del padre de Nessie, no creo que desee conocer los pensamientos que atraviesan por tu cabeza, con respecto a su hija.
—Ya cállate Seth.
Me quede un rato con mi amigo, él se encargaría de conseguir la dirección de la academia donde asistía Renesmee en Montana, era el único lugar donde podría hablar con ella sin que nadie más nos interrumpiera.
Más tarde hable con Sam y le explique todo. Su reacción fue como esperaba, de gran sorpresa, pero no se opuso a ayudarme, ya que ella era mi imprimación, y esa era de gran importancia entre los nuestros. Decidimos que mi manada quedaría bajo las órdenes de Seth, debido que a partir Leah, él era el segundo al mando. De esta manera se organizarían para dividir las rondas.
Mi amigo me telefoneo por la noche para darme los datos que había conseguido. Tome mi auto y una pequeña maleta y me marche en busca de mi otra mitad.


POV Renesmee

Cuando llegue a Montana me encontré con mis padres apenas baje del avión. Todavía estaba triste y muy dolida por las palabras de Jacob. Desde que aborde, no pude contener las lágrimas y llore durante todo el viaje. No entendía que me pasaba, él no se merecía que derramara ni una lágrima. Pero fue insoportable escuchar que él creía que yo era un monstruo. Intente dejar que saliera todo el dolor, para que mi familia no supiera nada.
—Hola, cielo te extrañe tanto —me dijo mi madre.
—Juro que ya estaba por ir Forks a buscarte —aclaro mi padre.
Los dos me abrazaron y no me pude contener y volví a llorar. En verdad los necesitaba tanto y junto a ellos me sentía segura.
Afortunadamente, ya sabía proteger mis pensamientos de mi padre, de manera que no supo la verdadera causa de mis lágrimas. Aunque no logre evitar que se alteraran un poco ante mis sollozos… Pero logre calmarlos un poco, diciendo que lloraba por la emoción de verlos. Claro que no los convencí, dijeron que era una exagerada, me había ido solo unos días.
Para mi fortuna en casa me esperaba una fiesta de bienvenida. Era imposible contener a tía Alice, cualquier motivo es bueno para festejar y este no era la excepción. Sin embargo, en el fondo le agradecí porque mis padres no tendrían oportunidad de comenzar con sus preguntas.
Esa noche me disculpe y me retire a mi cuarto. Tarde mucho en dormir y cuando por fin lo logre, soñé con él.
Caminábamos por La Push, tomados de la mano. Por momentos él me acercaba a su cuerpo y me abrazaba. Yo reía y sonreía feliz. De pronto ella apareció a su lado y Jacob soltó mi mano alejándose de mí. Una repentina oscuridad me envolvió a mí alrededor. Maia coloco sus brazos alrededor del cuello de él y lo atrajo hasta sus labios para besarlo y juntos corrieron hasta perderse en el bosque. Intente seguirlos pero mis pies no me respondían solo podía gritar una y otra vez… ¡no me dejes!
—Renesmee, ¡Renesmee!, despierta cielo.
—¿Qué… qué pasa? —pregunté desorientada.
—Lo mismo digo cariño. Estabas gritando y esta bañada en sudor —me explico.
—Tuve una pesadilla —confesé esquivando su mirada.
—Será mejor que te des una ducha para que te relajes —sugirió.
Acepte sin protestar, tome mis cosas y fui al baño, cuando salí mi madre había cambiado mis sabanas y me tenía listo un vaso de leche caliente. Me acosté nuevamente y tome mi leche.
—¿Estás mejor cielo?
—Sí. ¿Dónde está papá?
—Salió de caza con tu abuelo y tus tíos.
—Ah…
—Renesmee, ¿me lo vas a contar?
—¿Qué cosa?
—Hija soy tu madre y sé que te pasa algo, regresaste un poco extraña. Y recién gritabas “no me dejes”. ¿A quién le decías eso?
—No pasa nada mamá… y no me acuerdo nada del sueño.
—Como quieras —suspiró—, te dejare descansar. Pero quiero que sepas que puedes confiar en mí —me aclaró mientras me arropaba y besaba en la frente como cuando era una niña.
—Lo sé mamá, hasta mañana.
—Descansa, cariño.
Por la mañana ya tenía planificado las actividades del día. Tenía que pasar el menor tiempo posible en mi casa. Mi madre ya sabía que algo me ocurría y no tardaría en volver a insistir. Así que busque a mi tía Alice.
—Tía recuerdas que renovaríamos mi armario cuando regresara —le recordé.
—Renesmee Carlie Cullen Swan… no puedo creer lo que acaban de escuchar mis oídos —inquirió.
Yo solo me encogí de hombros tratado de disimular, mientras ella ponía los ojos en blancos.
—¿Qué?, solo estoy cumpliendo lo que acordamos, ¿no?
El resto de mi familia me miraba sorprendida, no los culpaba quien anhelaba pasar todo el día con la maniática de las compras.
Me dirigí a su convertible, y me coloque en el asiento del copiloto. Por suerte, ella no tardó en aparecer para arrancar directo al centro comercial. Tía Alice por supuesto tenía una gran sonrisa.
—Prepárate Ren, porque hoy será un día muy ocupado.
—Eso espero, necesito despejarme un poco —murmuré.
Recorrimos cada tienda y compramos de todo, zapatos, Jeans, blusas, vestidos, accesorios y todo lo que tía Alice encontraba a su paso. Era un poco embarazoso, por horas caminamos con empleados de diferentes tiendas que nos escoltaban con todos nuestros paquetes. Aunque ambas éramos fuertes no podíamos cargar con más de 20 bolsas cada una, eso no sería muy normal.
Por la noche, después de dejar nuestras compras en el auto. Fuimos a un bonito restorán a cenar.
Mi tía pidió un extraño plato Francés, era una mezcla de exóticas salsas con pescado. Mi plato al contrario no fue nada extravagante, ordene hamburguesas con papas fritas.
—Si ibas a pedir eso te llevaba a MCDonald —refunfuñó.
—¿Y qué?, tú ni siquiera te vas a comer eso —le aclare señalando su plato.
—Sí, pero no puedo sentarme en un elegante restorán y no pedir nada, además ya que tú si puedes comer deberías aprovechar —se explicó.
—No tengo hambre de todos modos —respondí encogiéndome de hombros.
—¿Dónde está mi sobrina? y ¿quién eres tú? —me cuestionó con los ojos entrecerrados.
—¡No sé de qué hablas!
—Algo tienes, ni siquiera protestaste cuando te compre ese vestido negro. Esperaba que me dijeras era demasiado ajustado o muy corto.
—Para que quiero discutir contigo si siempre te sales con la tuya.
—Eso es cierto —se rió—, y ese vestido te quedaba perfecto. Solo no lo uses delante de Edward —me advirtió.
—No creo que haya alguna ocasión para usarlo de todas formas.
—Siempre la hay Ren, siempre —me contradijo.
Cuando regresamos mi madre pego el grito en el cielo, por la cantidad de cosas que habíamos comprado y por supuesto regaño a tía Alice por esto. Ella se defendió diciendo que esto era una obra de bien.
—Así… no me digas Alice y ¿quiénes son los beneficiados?
—Primero Renesmee y segundo las personas que se saldrán ganado con nuestras donaciones, no pensaras que voy a tirar la ropa de la temporada pasada de Ren. Todo será donado —agregó.
Todos se reían por esto último, sin duda no hay nadie quien le gane a mi tía. Por suerte tío Jasper logro calmar la tensión y mi madre se tranquilizó.
Como la noche anterior, me despedí y me fui a mi habitación a dormir. Antes me di un baño y me cepille mis dientes, necesitaba relajarme del maratón de compras de mi tía.
Me acosté en mi suave cama, mi cuerpo agradeció esto.
A los minutos mi padre toco la puerta y me pidió entrar.
Ya se había tardado —pensé.
—¿Puedo hablar con mi pequeña?
—Pasa papá, pero ya no soy una niña —me quejé.
Él me sonrío y se sentó en la cama a mi lado.
—Para tu madre y para mí siempre serás nuestra niña —murmuró acariciando mi mejilla.
—¿Y de qué quieres hablar?
—De ti. Tu madre y yo hemos notado, que regresaste un poco diferente.
—-No sé de qué hablas, soy la misma.
—Renesmee estas distante, triste y queremos saber ¿Por qué?
—No es nada… Solo extraño a mis amigos —mentí mirando mis manos.
—Eres igual a tu madre, tan trasparente, no puedes mentirme.
—Papá…
—No te preocupes, esperare a que nos cuentes.
Debía cambiar mi actitud, estaba siendo egoísta y preocupando a mi familia.


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Para ir al instituto me puse un Jean negro y una blusa blanca, deje mi cabello suelto y baje lo más alegre posible a desayunar. Mi abuela ya tenía preparado mi cereal y comí en el comedor en compañía de todos. Afortunadamente hoy retomaba mis clases, cuestión que me entusiasmaba, pronto sería el último concierto, y con eso estaría ocupada con los ensayos y los preparativos.
Cuando termine mi desayuno tome mi bolso y me subí al jeep de tío Emmett, mi tío siempre me llevaba a la escuela.
—¿Y?, ¿te portaste mal en Forks como te dije? —bromeó.
—No, fui la misma chica tonta de siempre —murmuré.
—¡Ey! Tampoco te eches abajo, Ren, solo la próxima vez recuerda hacer lo que quieras —murmuró guiñándome un ojo.
—Lo tendré en mente.
Me dejo en el campus de la academia. Fui a mis clases del día, hoy empezamos con los ensayos de nuestra obra musical. Me reencontré con mis compañeros y nos dividimos las tareas. Por suerte me toco compartir casi todas las escenas con Matt, era un bailarín y cantante excelente, muy organizado y responsable en todo. Pero lo más importante es que es una buena persona y un muy buen amigo.
Cerca del mediodía nos sentamos en el medio del campus bajo uno de los tantos árboles del lugar. Comeríamos allí y nos pondríamos de acuerdo con los horarios de nuestros ensayos.
—Estuviste muy distraída hoy Carlie.
—Solo estoy cansada del viaje.
—¿Tú?, ¿cansada?, si eres imparable, siempre eres la última en irte de las clases.
Matt era de esas personas a las que no se le escapaba nada, pero ante todo era un buen amigo y desde que se fue Caroline se convirtió en mi confidente y consejero. Tenía un sentido del humor único y siempre aparecía con alguna loca idea. Por ejemplo decía que no entendía porque nuestros padres se molestaban en ponernos dos nombres si toda la vida usábamos solo uno. Por eso se le ocurrió llamarnos a todos por nuestro segundo nombre. A Caroline, la llamaba Anne, a Alan, Christopher y a mí, Carlie. En fin toda una personalidad.
—¿Y? Te vas a quedar muda o me lo vas a contar…
Suspiré y decidí hablar… le conté todo. Mi viaje, mis amigos y sobre Jacob, omitiendo la última discusión, solo dije que había hablado mal de mis padres.
—¡Hombres! —exclamó—, siempre son ellos…
—Tampoco es tan importante —murmuré.
—Si no fuera tan importante no tendrías esa cara —señaló.
Me encogí de hombros mientras él tomaba mi mano.
—Y porque no hablaste con él, por lo menos tendrías que haber escuchado lo que tenía que decirte —me sugirió.
—Matt con lo que vi y escuche, me basta y me sobra, tengo claro que él solo quería divertirse conmigo.
—Ven aquí —dijo rodeándome con sus brazos—, necesitas que te mimen un poco —murmuró riendo.
Le devolví el abrazo y le di un beso en la mejilla.
—Gracias, Matt.
—Cuando quieras y para lo que necesites —me sonrió.
No pude contenerme y le devolví la sonrisa.
—Bueno mejor voy por unos refrescos y te compro algo. Estas un poco pálida.
—Ok.
—Y cuando vuelva quiero ver a la Carlie de siempre.
—Ok, lo prometo —me reí.
Matt tenía razón, no debía estar mal por Jacob. Basta Renesmee, lo pasado que quede ahí —pensé—, cerré mis ojos respiré profundo buscando relajarme.
—Nessie… —escuche en un susurró.
No, no, no…
No podía ser, me estaba volviendo loca, no podía ser él. Abrí mis ojos lentamente y lo observe a pocos metros de mí, estaba apoyado contra un árbol y me miraba con tristeza.