jueves, 20 de febrero de 2014

Capítulo 8: Tristeza

POV Jacob

—¿Te vas a quedar ahí bajo la lluvia muchacho?
No sé cuánto tiempo estuve parado mirando hacia la nada. Ella no estaba, se había ido. Me sentía completamente vacío por dentro. El tiempo se había detenido y todo lo que me rodeaba ya no tenía sentido.
Pero tenía que encontrar las respuestas a todas las preguntas que se comenzaban a amontonar en mi cabeza.
Decidí mover mis pies de allí y volver adentro de la casa.
Charlie estaba parado en la puerta mirándome confundido.
—Se puede saber ¿Qué te pasa, Jacob? —inquirió.
Me senté en el sofá y hundí mi cabeza entre mis rodillas. Intente tomar aire y respirar, otra vez los temblores amenazaban con volver.
—Puedes explicarme ¿Cómo es que Renesmee es tu nieta? —susurré.
Charlie tomo asiento nuevamente y hablo muy tranquilo.
—Ya te lo dije… es hija de Bella y Edward.
—Pero si tiene 18 años, eso no puede ser —mascullé incrédulo.
Él suspiró.
—En apariencia tiene esa edad pero acaba de cumplir siete años.
—¡¿Qué?! ¿Tiene siete años? —medio grité.
—Haber… —dijo rascándose la cabeza—. Como te explique antes ella es especial, su crecimiento no es normal, fue muy acelerado, como veras su apariencia y mente es la de una joven mujer. Carlisle me contó que se debe a que cuando fue engendrada su padre era un vampiro.
Pensé en su explicación, eso tenía algo de sentido. De pronto una idea atravesó por mi mente.
—Si crece tan rápido, dentro de unos pocos años… envejecerá y morirá —murmuré.
—No, Jacob, al principio mi hija y Edward, también temían por eso. Pero luego de investigar surgieron otros casos de personas como mi nieta. Hay un joven que les ayudo a despejar todas esas dudas, es como Renesmee, su padre era un vampiro y su madre humana como mi hija. Él aparenta más de veinte años, pero en realidad tiene más de 150 años y no envejece desde que cumplió los siete u ocho años. Así que Renesmee vivirá por mucho tiempo.
Esto último logro apaciguar el dolor que había comenzado a sentir con solo imaginar que ella podría dejar de existir en este mundo.
—Se puede saber, ¿De dónde conoces a Renesmee?, porque ya se conocían por lo que pude observar, ¿no? —me cuestionó.
—Es amiga de Caroline, la novia de Seth —aclaré.
—De manera que la amiga de mi nieta es novia de Seth… vaya… que coincidencia —masculló sorprendido.
—Y tú eres supuestamente, el tío que vino a visitar —añadí irónicamente.
—Sí. Es evidente que no podía decir que era mi nieta, si mi única hija es Bella. Las edades no concuerdan. ¿No te perece?
Me quede en silencio pensando, en las ironías de la vida. Yo Jacob Black imprimado de la hija de la mujer que en un momento fue el amor de mi vida. Esto era una verdadera locura.
—¿Anoche estuviste en la reunión donde fue Renesmee?
—Sí. Estuve con ella –susurré.
—Entonces debes saber ¿Qué le paso? Volvió a casa extraña, triste si se puede decir —él me miraba con los ojos entrecerrados.
—No lo sé —mentí, por dentro me maldecía por haberla lastimado y echar todo a perder.
—Para serte sincero nunca la había visto de esa forma… siempre es muy alegre y anoche la encontré, apagada. Lo bueno es que regresara a su casa, allí estará bien.
No pude evitar sentirme como un maldito cretino, por mi culpa estaba herida y triste.
—¿Ella vive con Edward y Bella?
—Sí, y con Carlisle, Esme y los demás. Nunca se separan por mucho tiempo.
—¿Y pueden pasar desapercibidos como lo hacía en Forks?
—Sí. Ellos no viven en la ciudad, su casa está ubicada a las afueras. Es un lugar bien apartado en medio de un bosque, rodeado por algunas montañas.
Charlie continúo explicándome todas las cosas que sabía sobre Nessie. Fui guardando cada detalle de su vida en mi mente. También saco un viejo álbum de fotografías que tenía guardadas en uno de los cajones de un viejo mueble de la sala. Allí se podían ver toda la vida de mi amor hasta el día de hoy, se veía preciosa de bebe, en cada página se reflejaba el avance del tiempo en todo su cuerpo, hasta convertirse en la bella mujer que es ahora.
Le pedí a Charlie que me trajera otro refresco y cuando se fue a la cocina tome una foto de ella, salía en el porche de su casa tenía un bonito vestido blanco y su pelo caía suelto sobre uno sus hombros. Su cara mostraba una hermosa sonrisa. Tome la fotografía y la guarde dentro de mi chaqueta. Por lo menos tendría algo de ella por el momento.
Seth al fin regreso con Sue. Después de ayudarla con sus paquetes, nos despedimos y volvimos a La Push, a su casa.
Por el camino le conté todo, al igual que a mí, la noticia lo sorprendido. Le costó asimilar la información y todo este enredo.
—Entonces ella es un ¿semi-vampiro?
—Se podría decir que si, aunque no huele horrible como ellos. Se alimenta igual que los Cullen, pero también come alimentos normales como pudimos apreciar con nuestros propios ojos.
—Wow… —exclamó—, esto sí que nunca me lo hubiera imaginado. ¿Y qué piensas hacer?
—Buscarla, no me importa lo que sea, de quien es hija, yo la amo, para mi ella es mi Nessie, lo demás no me interesa.
—Bien. Lo difícil será que te escuche. No solo esta enfada por lo de Maia. Ahora también esto, lo que dijiste de ella y sobre su familia. ¿Se puede saber en que estabas pensando Jacob?
—Ese es el problema desde que la conocí ya no pienso, ya no razono, estoy hecho un idiota. Sin mencionar que jamás me imagine todo lo acabo de descubrir.
—Así que Bella y Edward ahora serán tus suegros —bromeó Seth.
Lo fulminé con la mirada, no estaba para sus bromas.
—Lo siento, quería amenizar un poco las cosas —se disculpó.
—Mejor ocúpate de conseguirme la dirección del instituto, no puedo buscarla en su casa, Edward no tardaría en leerme la mente.
—Ya había olvidado eso, será mejor que te mantengas alejado del padre de Nessie, no creo que desee conocer los pensamientos que atraviesan por tu cabeza, con respecto a su hija.
—Ya cállate Seth.
Me quede un rato con mi amigo, él se encargaría de conseguir la dirección de la academia donde asistía Renesmee en Montana, era el único lugar donde podría hablar con ella sin que nadie más nos interrumpiera.
Más tarde hable con Sam y le explique todo. Su reacción fue como esperaba, de gran sorpresa, pero no se opuso a ayudarme, ya que ella era mi imprimación, y esa era de gran importancia entre los nuestros. Decidimos que mi manada quedaría bajo las órdenes de Seth, debido que a partir Leah, él era el segundo al mando. De esta manera se organizarían para dividir las rondas.
Mi amigo me telefoneo por la noche para darme los datos que había conseguido. Tome mi auto y una pequeña maleta y me marche en busca de mi otra mitad.


POV Renesmee

Cuando llegue a Montana me encontré con mis padres apenas baje del avión. Todavía estaba triste y muy dolida por las palabras de Jacob. Desde que aborde, no pude contener las lágrimas y llore durante todo el viaje. No entendía que me pasaba, él no se merecía que derramara ni una lágrima. Pero fue insoportable escuchar que él creía que yo era un monstruo. Intente dejar que saliera todo el dolor, para que mi familia no supiera nada.
—Hola, cielo te extrañe tanto —me dijo mi madre.
—Juro que ya estaba por ir Forks a buscarte —aclaro mi padre.
Los dos me abrazaron y no me pude contener y volví a llorar. En verdad los necesitaba tanto y junto a ellos me sentía segura.
Afortunadamente, ya sabía proteger mis pensamientos de mi padre, de manera que no supo la verdadera causa de mis lágrimas. Aunque no logre evitar que se alteraran un poco ante mis sollozos… Pero logre calmarlos un poco, diciendo que lloraba por la emoción de verlos. Claro que no los convencí, dijeron que era una exagerada, me había ido solo unos días.
Para mi fortuna en casa me esperaba una fiesta de bienvenida. Era imposible contener a tía Alice, cualquier motivo es bueno para festejar y este no era la excepción. Sin embargo, en el fondo le agradecí porque mis padres no tendrían oportunidad de comenzar con sus preguntas.
Esa noche me disculpe y me retire a mi cuarto. Tarde mucho en dormir y cuando por fin lo logre, soñé con él.
Caminábamos por La Push, tomados de la mano. Por momentos él me acercaba a su cuerpo y me abrazaba. Yo reía y sonreía feliz. De pronto ella apareció a su lado y Jacob soltó mi mano alejándose de mí. Una repentina oscuridad me envolvió a mí alrededor. Maia coloco sus brazos alrededor del cuello de él y lo atrajo hasta sus labios para besarlo y juntos corrieron hasta perderse en el bosque. Intente seguirlos pero mis pies no me respondían solo podía gritar una y otra vez… ¡no me dejes!
—Renesmee, ¡Renesmee!, despierta cielo.
—¿Qué… qué pasa? —pregunté desorientada.
—Lo mismo digo cariño. Estabas gritando y esta bañada en sudor —me explico.
—Tuve una pesadilla —confesé esquivando su mirada.
—Será mejor que te des una ducha para que te relajes —sugirió.
Acepte sin protestar, tome mis cosas y fui al baño, cuando salí mi madre había cambiado mis sabanas y me tenía listo un vaso de leche caliente. Me acosté nuevamente y tome mi leche.
—¿Estás mejor cielo?
—Sí. ¿Dónde está papá?
—Salió de caza con tu abuelo y tus tíos.
—Ah…
—Renesmee, ¿me lo vas a contar?
—¿Qué cosa?
—Hija soy tu madre y sé que te pasa algo, regresaste un poco extraña. Y recién gritabas “no me dejes”. ¿A quién le decías eso?
—No pasa nada mamá… y no me acuerdo nada del sueño.
—Como quieras —suspiró—, te dejare descansar. Pero quiero que sepas que puedes confiar en mí —me aclaró mientras me arropaba y besaba en la frente como cuando era una niña.
—Lo sé mamá, hasta mañana.
—Descansa, cariño.
Por la mañana ya tenía planificado las actividades del día. Tenía que pasar el menor tiempo posible en mi casa. Mi madre ya sabía que algo me ocurría y no tardaría en volver a insistir. Así que busque a mi tía Alice.
—Tía recuerdas que renovaríamos mi armario cuando regresara —le recordé.
—Renesmee Carlie Cullen Swan… no puedo creer lo que acaban de escuchar mis oídos —inquirió.
Yo solo me encogí de hombros tratado de disimular, mientras ella ponía los ojos en blancos.
—¿Qué?, solo estoy cumpliendo lo que acordamos, ¿no?
El resto de mi familia me miraba sorprendida, no los culpaba quien anhelaba pasar todo el día con la maniática de las compras.
Me dirigí a su convertible, y me coloque en el asiento del copiloto. Por suerte, ella no tardó en aparecer para arrancar directo al centro comercial. Tía Alice por supuesto tenía una gran sonrisa.
—Prepárate Ren, porque hoy será un día muy ocupado.
—Eso espero, necesito despejarme un poco —murmuré.
Recorrimos cada tienda y compramos de todo, zapatos, Jeans, blusas, vestidos, accesorios y todo lo que tía Alice encontraba a su paso. Era un poco embarazoso, por horas caminamos con empleados de diferentes tiendas que nos escoltaban con todos nuestros paquetes. Aunque ambas éramos fuertes no podíamos cargar con más de 20 bolsas cada una, eso no sería muy normal.
Por la noche, después de dejar nuestras compras en el auto. Fuimos a un bonito restorán a cenar.
Mi tía pidió un extraño plato Francés, era una mezcla de exóticas salsas con pescado. Mi plato al contrario no fue nada extravagante, ordene hamburguesas con papas fritas.
—Si ibas a pedir eso te llevaba a MCDonald —refunfuñó.
—¿Y qué?, tú ni siquiera te vas a comer eso —le aclare señalando su plato.
—Sí, pero no puedo sentarme en un elegante restorán y no pedir nada, además ya que tú si puedes comer deberías aprovechar —se explicó.
—No tengo hambre de todos modos —respondí encogiéndome de hombros.
—¿Dónde está mi sobrina? y ¿quién eres tú? —me cuestionó con los ojos entrecerrados.
—¡No sé de qué hablas!
—Algo tienes, ni siquiera protestaste cuando te compre ese vestido negro. Esperaba que me dijeras era demasiado ajustado o muy corto.
—Para que quiero discutir contigo si siempre te sales con la tuya.
—Eso es cierto —se rió—, y ese vestido te quedaba perfecto. Solo no lo uses delante de Edward —me advirtió.
—No creo que haya alguna ocasión para usarlo de todas formas.
—Siempre la hay Ren, siempre —me contradijo.
Cuando regresamos mi madre pego el grito en el cielo, por la cantidad de cosas que habíamos comprado y por supuesto regaño a tía Alice por esto. Ella se defendió diciendo que esto era una obra de bien.
—Así… no me digas Alice y ¿quiénes son los beneficiados?
—Primero Renesmee y segundo las personas que se saldrán ganado con nuestras donaciones, no pensaras que voy a tirar la ropa de la temporada pasada de Ren. Todo será donado —agregó.
Todos se reían por esto último, sin duda no hay nadie quien le gane a mi tía. Por suerte tío Jasper logro calmar la tensión y mi madre se tranquilizó.
Como la noche anterior, me despedí y me fui a mi habitación a dormir. Antes me di un baño y me cepille mis dientes, necesitaba relajarme del maratón de compras de mi tía.
Me acosté en mi suave cama, mi cuerpo agradeció esto.
A los minutos mi padre toco la puerta y me pidió entrar.
Ya se había tardado —pensé.
—¿Puedo hablar con mi pequeña?
—Pasa papá, pero ya no soy una niña —me quejé.
Él me sonrío y se sentó en la cama a mi lado.
—Para tu madre y para mí siempre serás nuestra niña —murmuró acariciando mi mejilla.
—¿Y de qué quieres hablar?
—De ti. Tu madre y yo hemos notado, que regresaste un poco diferente.
—-No sé de qué hablas, soy la misma.
—Renesmee estas distante, triste y queremos saber ¿Por qué?
—No es nada… Solo extraño a mis amigos —mentí mirando mis manos.
—Eres igual a tu madre, tan trasparente, no puedes mentirme.
—Papá…
—No te preocupes, esperare a que nos cuentes.
Debía cambiar mi actitud, estaba siendo egoísta y preocupando a mi familia.


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Para ir al instituto me puse un Jean negro y una blusa blanca, deje mi cabello suelto y baje lo más alegre posible a desayunar. Mi abuela ya tenía preparado mi cereal y comí en el comedor en compañía de todos. Afortunadamente hoy retomaba mis clases, cuestión que me entusiasmaba, pronto sería el último concierto, y con eso estaría ocupada con los ensayos y los preparativos.
Cuando termine mi desayuno tome mi bolso y me subí al jeep de tío Emmett, mi tío siempre me llevaba a la escuela.
—¿Y?, ¿te portaste mal en Forks como te dije? —bromeó.
—No, fui la misma chica tonta de siempre —murmuré.
—¡Ey! Tampoco te eches abajo, Ren, solo la próxima vez recuerda hacer lo que quieras —murmuró guiñándome un ojo.
—Lo tendré en mente.
Me dejo en el campus de la academia. Fui a mis clases del día, hoy empezamos con los ensayos de nuestra obra musical. Me reencontré con mis compañeros y nos dividimos las tareas. Por suerte me toco compartir casi todas las escenas con Matt, era un bailarín y cantante excelente, muy organizado y responsable en todo. Pero lo más importante es que es una buena persona y un muy buen amigo.
Cerca del mediodía nos sentamos en el medio del campus bajo uno de los tantos árboles del lugar. Comeríamos allí y nos pondríamos de acuerdo con los horarios de nuestros ensayos.
—Estuviste muy distraída hoy Carlie.
—Solo estoy cansada del viaje.
—¿Tú?, ¿cansada?, si eres imparable, siempre eres la última en irte de las clases.
Matt era de esas personas a las que no se le escapaba nada, pero ante todo era un buen amigo y desde que se fue Caroline se convirtió en mi confidente y consejero. Tenía un sentido del humor único y siempre aparecía con alguna loca idea. Por ejemplo decía que no entendía porque nuestros padres se molestaban en ponernos dos nombres si toda la vida usábamos solo uno. Por eso se le ocurrió llamarnos a todos por nuestro segundo nombre. A Caroline, la llamaba Anne, a Alan, Christopher y a mí, Carlie. En fin toda una personalidad.
—¿Y? Te vas a quedar muda o me lo vas a contar…
Suspiré y decidí hablar… le conté todo. Mi viaje, mis amigos y sobre Jacob, omitiendo la última discusión, solo dije que había hablado mal de mis padres.
—¡Hombres! —exclamó—, siempre son ellos…
—Tampoco es tan importante —murmuré.
—Si no fuera tan importante no tendrías esa cara —señaló.
Me encogí de hombros mientras él tomaba mi mano.
—Y porque no hablaste con él, por lo menos tendrías que haber escuchado lo que tenía que decirte —me sugirió.
—Matt con lo que vi y escuche, me basta y me sobra, tengo claro que él solo quería divertirse conmigo.
—Ven aquí —dijo rodeándome con sus brazos—, necesitas que te mimen un poco —murmuró riendo.
Le devolví el abrazo y le di un beso en la mejilla.
—Gracias, Matt.
—Cuando quieras y para lo que necesites —me sonrió.
No pude contenerme y le devolví la sonrisa.
—Bueno mejor voy por unos refrescos y te compro algo. Estas un poco pálida.
—Ok.
—Y cuando vuelva quiero ver a la Carlie de siempre.
—Ok, lo prometo —me reí.
Matt tenía razón, no debía estar mal por Jacob. Basta Renesmee, lo pasado que quede ahí —pensé—, cerré mis ojos respiré profundo buscando relajarme.
—Nessie… —escuche en un susurró.
No, no, no…
No podía ser, me estaba volviendo loca, no podía ser él. Abrí mis ojos lentamente y lo observe a pocos metros de mí, estaba apoyado contra un árbol y me miraba con tristeza.

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