POV Jacob
—¿Te vas a quedar ahí bajo la lluvia muchacho?
No sé cuánto tiempo
estuve parado mirando hacia la nada. Ella no estaba, se había ido. Me sentía
completamente vacío por dentro. El tiempo se había detenido y todo lo que me
rodeaba ya no tenía sentido.
Pero tenía que
encontrar las respuestas a todas las preguntas que se comenzaban a amontonar en
mi cabeza.
Decidí mover mis pies de allí y volver adentro de la casa.
Decidí mover mis pies de allí y volver adentro de la casa.
Charlie estaba
parado en la puerta mirándome confundido.
—Se puede saber
¿Qué te pasa, Jacob? —inquirió.
Me senté en el sofá
y hundí mi cabeza entre mis rodillas. Intente tomar aire y respirar, otra vez
los temblores amenazaban con volver.
—Puedes explicarme
¿Cómo es que Renesmee es tu nieta? —susurré.
Charlie tomo
asiento nuevamente y hablo muy tranquilo.
—Ya te lo dije… es
hija de Bella y Edward.
—Pero si tiene 18
años, eso no puede ser —mascullé incrédulo.
Él suspiró.
—En apariencia
tiene esa edad pero acaba de cumplir siete años.
—¡¿Qué?! ¿Tiene
siete años? —medio grité.
—Haber… —dijo
rascándose la cabeza—. Como te explique antes ella es especial, su crecimiento
no es normal, fue muy acelerado, como veras su apariencia y mente es la de una
joven mujer. Carlisle me contó que se debe a que cuando fue engendrada su padre
era un vampiro.
Pensé en su
explicación, eso tenía algo de sentido. De pronto una idea atravesó por mi
mente.
—Si crece tan
rápido, dentro de unos pocos años… envejecerá y morirá —murmuré.
—No, Jacob, al
principio mi hija y Edward, también temían por eso. Pero luego de investigar
surgieron otros casos de personas como mi nieta. Hay un joven que les ayudo a
despejar todas esas dudas, es como Renesmee, su padre era un vampiro y su madre
humana como mi hija. Él aparenta más de veinte años, pero en realidad tiene más
de 150 años y no envejece desde que cumplió los siete u ocho años. Así que
Renesmee vivirá por mucho tiempo.
Esto último logro
apaciguar el dolor que había comenzado a sentir con solo imaginar que ella
podría dejar de existir en este mundo.
—Se puede saber, ¿De
dónde conoces a Renesmee?, porque ya se conocían por lo que pude observar, ¿no?
—me cuestionó.
—Es amiga de
Caroline, la novia de Seth —aclaré.
—De manera que la
amiga de mi nieta es novia de Seth… vaya… que coincidencia —masculló
sorprendido.
—Y tú eres
supuestamente, el tío que vino a visitar —añadí irónicamente.
—Sí. Es evidente
que no podía decir que era mi nieta, si mi única hija es Bella. Las edades no
concuerdan. ¿No te perece?
Me quede en
silencio pensando, en las ironías de la vida. Yo Jacob Black imprimado de la
hija de la mujer que en un momento fue el amor de mi vida. Esto era una
verdadera locura.
—¿Anoche estuviste
en la reunión donde fue Renesmee?
—Sí. Estuve con
ella –susurré.
—Entonces debes
saber ¿Qué le paso? Volvió a casa extraña, triste si se puede decir —él me
miraba con los ojos entrecerrados.
—No lo sé —mentí,
por dentro me maldecía por haberla lastimado y echar todo a perder.
—Para serte sincero
nunca la había visto de esa forma… siempre es muy alegre y anoche la encontré, apagada.
Lo bueno es que regresara a su casa, allí estará bien.
No pude evitar
sentirme como un maldito cretino, por mi culpa estaba herida y triste.
—¿Ella vive con
Edward y Bella?
—Sí, y con
Carlisle, Esme y los demás. Nunca se separan por mucho tiempo.
—¿Y pueden pasar
desapercibidos como lo hacía en Forks?
—Sí. Ellos no viven
en la ciudad, su casa está ubicada a las afueras. Es un lugar bien apartado en
medio de un bosque, rodeado por algunas montañas.
Charlie continúo
explicándome todas las cosas que sabía sobre Nessie. Fui guardando cada detalle
de su vida en mi mente. También saco un viejo álbum de fotografías que tenía
guardadas en uno de los cajones de un viejo mueble de la sala. Allí se podían
ver toda la vida de mi amor hasta el día de hoy, se veía preciosa de bebe, en
cada página se reflejaba el avance del tiempo en todo su cuerpo, hasta
convertirse en la bella mujer que es ahora.
Le pedí a Charlie
que me trajera otro refresco y cuando se fue a la cocina tome una foto de ella,
salía en el porche de su casa tenía un bonito vestido blanco y su pelo caía
suelto sobre uno sus hombros. Su cara mostraba una hermosa sonrisa. Tome la
fotografía y la guarde dentro de mi chaqueta. Por lo menos tendría algo de ella
por el momento.
Seth al fin regreso
con Sue. Después de ayudarla con sus paquetes, nos despedimos y volvimos a La
Push, a su casa.
Por el camino le
conté todo, al igual que a mí, la noticia lo sorprendido. Le costó asimilar la
información y todo este enredo.
—Entonces ella es
un ¿semi-vampiro?
—Se podría decir
que si, aunque no huele horrible como ellos. Se alimenta igual que los Cullen,
pero también come alimentos normales como pudimos apreciar con nuestros propios
ojos.
—Wow… —exclamó—, esto
sí que nunca me lo hubiera imaginado. ¿Y qué piensas hacer?
—Buscarla, no me
importa lo que sea, de quien es hija, yo la amo, para mi ella es mi Nessie, lo
demás no me interesa.
—Bien. Lo difícil
será que te escuche. No solo esta enfada por lo de Maia. Ahora también esto, lo
que dijiste de ella y sobre su familia. ¿Se puede saber en que estabas pensando
Jacob?
—Ese es el problema
desde que la conocí ya no pienso, ya no razono, estoy hecho un idiota. Sin
mencionar que jamás me imagine todo lo acabo de descubrir.
—Así que Bella y
Edward ahora serán tus suegros —bromeó Seth.
Lo fulminé con la
mirada, no estaba para sus bromas.
—Lo siento, quería
amenizar un poco las cosas —se disculpó.
—Mejor ocúpate de
conseguirme la dirección del instituto, no puedo buscarla en su casa, Edward no
tardaría en leerme la mente.
—Ya había olvidado
eso, será mejor que te mantengas alejado del padre de Nessie, no creo que desee
conocer los pensamientos que atraviesan por tu cabeza, con respecto a su hija.
—Ya cállate Seth.
Me quede un rato
con mi amigo, él se encargaría de conseguir la dirección de la academia donde
asistía Renesmee en Montana, era el único lugar donde podría hablar con ella
sin que nadie más nos interrumpiera.
Más tarde hable con
Sam y le explique todo. Su reacción fue como esperaba, de gran sorpresa, pero
no se opuso a ayudarme, ya que ella era mi imprimación, y esa era de gran
importancia entre los nuestros. Decidimos que mi manada quedaría bajo las
órdenes de Seth, debido que a partir Leah, él era el segundo al mando. De esta
manera se organizarían para dividir las rondas.
Mi amigo me
telefoneo por la noche para darme los datos que había conseguido. Tome mi auto
y una pequeña maleta y me marche en busca de mi otra mitad.
POV Renesmee
Cuando llegue a Montana me encontré con mis padres apenas baje del avión. Todavía estaba triste y muy dolida por las palabras de Jacob. Desde que aborde, no pude contener las lágrimas y llore durante todo el viaje. No entendía que me pasaba, él no se merecía que derramara ni una lágrima. Pero fue insoportable escuchar que él creía que yo era un monstruo. Intente dejar que saliera todo el dolor, para que mi familia no supiera nada.
—Hola, cielo te
extrañe tanto —me dijo mi madre.
—Juro que ya estaba
por ir Forks a buscarte —aclaro mi padre.
Los dos me
abrazaron y no me pude contener y volví a llorar. En verdad los necesitaba
tanto y junto a ellos me sentía segura.
Afortunadamente, ya
sabía proteger mis pensamientos de mi padre, de manera que no supo la verdadera
causa de mis lágrimas. Aunque no logre evitar que se alteraran un poco ante mis
sollozos… Pero logre calmarlos un poco, diciendo que lloraba por la emoción de
verlos. Claro que no los convencí, dijeron que era una exagerada, me había ido
solo unos días.
Para mi fortuna en
casa me esperaba una fiesta de bienvenida. Era imposible contener a tía Alice,
cualquier motivo es bueno para festejar y este no era la excepción. Sin
embargo, en el fondo le agradecí porque mis padres no tendrían oportunidad de
comenzar con sus preguntas.
Esa noche me
disculpe y me retire a mi cuarto. Tarde mucho en dormir y cuando por fin lo
logre, soñé con él.
Caminábamos por La Push, tomados de la mano. Por momentos él me acercaba a su cuerpo y me abrazaba. Yo reía y sonreía feliz. De pronto ella apareció a su lado y Jacob soltó mi mano alejándose de mí. Una repentina oscuridad me envolvió a mí alrededor. Maia coloco sus brazos alrededor del cuello de él y lo atrajo hasta sus labios para besarlo y juntos corrieron hasta perderse en el bosque. Intente seguirlos pero mis pies no me respondían solo podía gritar una y otra vez… ¡no me dejes!
Caminábamos por La Push, tomados de la mano. Por momentos él me acercaba a su cuerpo y me abrazaba. Yo reía y sonreía feliz. De pronto ella apareció a su lado y Jacob soltó mi mano alejándose de mí. Una repentina oscuridad me envolvió a mí alrededor. Maia coloco sus brazos alrededor del cuello de él y lo atrajo hasta sus labios para besarlo y juntos corrieron hasta perderse en el bosque. Intente seguirlos pero mis pies no me respondían solo podía gritar una y otra vez… ¡no me dejes!
—Renesmee, ¡Renesmee!,
despierta cielo.
—¿Qué… qué pasa? —pregunté
desorientada.
—Lo mismo digo
cariño. Estabas gritando y esta bañada en sudor —me explico.
—Tuve una pesadilla
—confesé esquivando su mirada.
—Será mejor que te
des una ducha para que te relajes —sugirió.
Acepte sin
protestar, tome mis cosas y fui al baño, cuando salí mi madre había cambiado
mis sabanas y me tenía listo un vaso de leche caliente. Me acosté nuevamente y
tome mi leche.
—¿Estás mejor
cielo?
—Sí. ¿Dónde está
papá?
—Salió de caza con
tu abuelo y tus tíos.
—Ah…
—Renesmee, ¿me lo vas a contar?
—Renesmee, ¿me lo vas a contar?
—¿Qué cosa?
—Hija soy tu madre
y sé que te pasa algo, regresaste un poco extraña. Y recién gritabas “no me
dejes”. ¿A quién le decías eso?
—No pasa nada mamá…
y no me acuerdo nada del sueño.
—Como quieras —suspiró—,
te dejare descansar. Pero quiero que sepas que puedes confiar en mí —me aclaró
mientras me arropaba y besaba en la frente como cuando era una niña.
—Lo sé mamá, hasta
mañana.
—Descansa, cariño.
Por la mañana ya
tenía planificado las actividades del día. Tenía que pasar el menor tiempo posible
en mi casa. Mi madre ya sabía que algo me ocurría y no tardaría en volver a
insistir. Así que busque a mi tía Alice.
—Tía recuerdas que
renovaríamos mi armario cuando regresara —le recordé.
—Renesmee Carlie
Cullen Swan… no puedo creer lo que acaban de escuchar mis oídos —inquirió.
Yo solo me encogí
de hombros tratado de disimular, mientras ella ponía los ojos en blancos.
—¿Qué?, solo estoy
cumpliendo lo que acordamos, ¿no?
El resto de mi
familia me miraba sorprendida, no los culpaba quien anhelaba pasar todo el día
con la maniática de las compras.
Me dirigí a su
convertible, y me coloque en el asiento del copiloto. Por suerte, ella no tardó
en aparecer para arrancar directo al centro comercial. Tía Alice por supuesto
tenía una gran sonrisa.
—Prepárate Ren,
porque hoy será un día muy ocupado.
—Eso espero,
necesito despejarme un poco —murmuré.
Recorrimos cada
tienda y compramos de todo, zapatos, Jeans, blusas, vestidos, accesorios y todo
lo que tía Alice encontraba a su paso. Era un poco embarazoso, por horas
caminamos con empleados de diferentes tiendas que nos escoltaban con todos
nuestros paquetes. Aunque ambas éramos fuertes no podíamos cargar con más de 20
bolsas cada una, eso no sería muy normal.
Por la noche,
después de dejar nuestras compras en el auto. Fuimos a un bonito restorán a
cenar.
Mi tía pidió un extraño plato Francés, era una mezcla de exóticas salsas con pescado. Mi plato al contrario no fue nada extravagante, ordene hamburguesas con papas fritas.
Mi tía pidió un extraño plato Francés, era una mezcla de exóticas salsas con pescado. Mi plato al contrario no fue nada extravagante, ordene hamburguesas con papas fritas.
—Si ibas a pedir
eso te llevaba a MCDonald —refunfuñó.
—¿Y qué?, tú ni
siquiera te vas a comer eso —le aclare señalando su plato.
—Sí, pero no puedo
sentarme en un elegante restorán y no pedir nada, además ya que tú si puedes
comer deberías aprovechar —se explicó.
—No tengo hambre de
todos modos —respondí encogiéndome de hombros.
—¿Dónde está mi
sobrina? y ¿quién eres tú? —me cuestionó con los ojos entrecerrados.
—¡No sé de qué
hablas!
—Algo tienes, ni
siquiera protestaste cuando te compre ese vestido negro. Esperaba que me dijeras
era demasiado ajustado o muy corto.
—Para que quiero
discutir contigo si siempre te sales con la tuya.
—Eso es cierto —se
rió—, y ese vestido te quedaba perfecto. Solo no lo uses delante de Edward —me
advirtió.
—No creo que haya
alguna ocasión para usarlo de todas formas.
—Siempre la hay
Ren, siempre —me contradijo.
Cuando regresamos
mi madre pego el grito en el cielo, por la cantidad de cosas que habíamos
comprado y por supuesto regaño a tía Alice por esto. Ella se defendió diciendo
que esto era una obra de bien.
—Así… no me digas
Alice y ¿quiénes son los beneficiados?
—Primero Renesmee y
segundo las personas que se saldrán ganado con nuestras donaciones, no pensaras
que voy a tirar la ropa de la temporada pasada de Ren. Todo será donado —agregó.
Todos se reían por
esto último, sin duda no hay nadie quien le gane a mi tía. Por suerte tío
Jasper logro calmar la tensión y mi madre se tranquilizó.
Como la noche
anterior, me despedí y me fui a mi habitación a dormir. Antes me di un baño y
me cepille mis dientes, necesitaba relajarme del maratón de compras de mi tía.
Me acosté en mi
suave cama, mi cuerpo agradeció esto.
A los minutos mi
padre toco la puerta y me pidió entrar.
Ya se había tardado
—pensé.
—¿Puedo hablar con
mi pequeña?
—Pasa papá, pero ya
no soy una niña —me quejé.
Él me sonrío y se
sentó en la cama a mi lado.
—Para tu madre y
para mí siempre serás nuestra niña —murmuró acariciando mi mejilla.
—¿Y de qué quieres
hablar?
—De ti. Tu madre y
yo hemos notado, que regresaste un poco diferente.
—-No sé de qué
hablas, soy la misma.
—Renesmee estas
distante, triste y queremos saber ¿Por qué?
—No es nada… Solo
extraño a mis amigos —mentí mirando mis manos.
—Eres igual a tu
madre, tan trasparente, no puedes mentirme.
—Papá…
—No te preocupes, esperare a que nos cuentes.
—No te preocupes, esperare a que nos cuentes.
Debía cambiar mi
actitud, estaba siendo egoísta y preocupando a mi familia.
*****************************************
Para ir al instituto me puse un Jean negro y una blusa blanca, deje mi cabello suelto y baje lo más alegre posible a desayunar. Mi abuela ya tenía preparado mi cereal y comí en el comedor en compañía de todos. Afortunadamente hoy retomaba mis clases, cuestión que me entusiasmaba, pronto sería el último concierto, y con eso estaría ocupada con los ensayos y los preparativos.
Cuando termine mi
desayuno tome mi bolso y me subí al jeep de tío Emmett, mi tío siempre me
llevaba a la escuela.
—¿Y?, ¿te portaste
mal en Forks como te dije? —bromeó.
—No, fui la misma
chica tonta de siempre —murmuré.
—¡Ey! Tampoco te
eches abajo, Ren, solo la próxima vez recuerda hacer lo que quieras —murmuró
guiñándome un ojo.
—Lo tendré en
mente.
Me dejo en el
campus de la academia. Fui a mis clases del día, hoy empezamos con los ensayos
de nuestra obra musical. Me reencontré con mis compañeros y nos dividimos las
tareas. Por suerte me toco compartir casi todas las escenas con Matt, era un
bailarín y cantante excelente, muy organizado y responsable en todo. Pero lo
más importante es que es una buena persona y un muy buen amigo.
Cerca del mediodía
nos sentamos en el medio del campus bajo uno de los tantos árboles del lugar.
Comeríamos allí y nos pondríamos de acuerdo con los horarios de nuestros
ensayos.
—Estuviste muy
distraída hoy Carlie.
—Solo estoy cansada
del viaje.
—¿Tú?, ¿cansada?,
si eres imparable, siempre eres la última en irte de las clases.
Matt era de esas
personas a las que no se le escapaba nada, pero ante todo era un buen amigo y
desde que se fue Caroline se convirtió en mi confidente y consejero. Tenía un
sentido del humor único y siempre aparecía con alguna loca idea. Por ejemplo
decía que no entendía porque nuestros padres se molestaban en ponernos dos
nombres si toda la vida usábamos solo uno. Por eso se le ocurrió llamarnos a
todos por nuestro segundo nombre. A Caroline, la llamaba Anne, a Alan,
Christopher y a mí, Carlie. En fin toda una personalidad.
—¿Y? Te vas a quedar muda o me lo vas a contar…
—¿Y? Te vas a quedar muda o me lo vas a contar…
Suspiré y decidí
hablar… le conté todo. Mi viaje, mis amigos y sobre Jacob, omitiendo la última
discusión, solo dije que había hablado mal de mis padres.
—¡Hombres! —exclamó—,
siempre son ellos…
—Tampoco es tan
importante —murmuré.
—Si no fuera tan
importante no tendrías esa cara —señaló.
Me encogí de
hombros mientras él tomaba mi mano.
—Y porque no hablaste
con él, por lo menos tendrías que haber escuchado lo que tenía que decirte —me
sugirió.
—Matt con lo que vi y escuche, me basta y me sobra, tengo claro que él solo quería divertirse conmigo.
—Matt con lo que vi y escuche, me basta y me sobra, tengo claro que él solo quería divertirse conmigo.
—Ven aquí —dijo
rodeándome con sus brazos—, necesitas que te mimen un poco —murmuró riendo.
Le devolví el
abrazo y le di un beso en la mejilla.
—Gracias, Matt.
—Cuando quieras y
para lo que necesites —me sonrió.
No pude contenerme
y le devolví la sonrisa.
—Bueno mejor voy
por unos refrescos y te compro algo. Estas un poco pálida.
—Ok.
—Y cuando vuelva
quiero ver a la Carlie de siempre.
—Ok, lo prometo —me
reí.
Matt tenía razón,
no debía estar mal por Jacob. Basta Renesmee, lo pasado que quede ahí —pensé—,
cerré mis ojos respiré profundo buscando relajarme.
—Nessie… —escuche
en un susurró.
No, no, no…
No podía ser, me
estaba volviendo loca, no podía ser él. Abrí mis ojos lentamente y lo observe a
pocos metros de mí, estaba apoyado contra un árbol y me miraba con tristeza.
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