POV Jacob
Mi suerte sí que era extraña, la noche comenzó de maravilla, por fin Renesmee ya sabía lo que sentía por ella, y perdía las esperanzas de que pronto me correspondiera.
Me volví loco
contando las horas desde ayer hasta hoy, para volver a verla. Pero mi espera
fue recompensada. Por fin pude probar sus labios, ya la realidad supero la
imaginación, además sentí una gran satisfacción cuando me correspondió.
Si bien ella
todavía no tiene en claro lo que siente por mí, me conformo en saber las
reacciones que yo soy capaz de provocarle. Es un placer escuchar cómo se le
acelera el corazón, cuando la toco y como se ruboriza y le brillan los ojos,
cada vez que le sonrío.
No sé bien cuando,
pero tal vez más rápido de lo que imagino, Renesmee tendrá claro sus
sentimientos y nuestra felicidad será completa. Porque esa es mi meta que sea
feliz, amarla profundamente y protegerla de todo, esa es mi única tarea. Tarea
que haré con gusto toda mi vida.
Sin embargo, mi
suerte cambio hace cinco minutos cuando Colin, me informo que Maia había
llegado inesperadamente y quería hablar conmigo.
No tenía idea que
rayos hacia aquí. La mayoría ya sabía de mi imprimación con Renesmee.
Pero al parecer, la
invitó Rebeca, era con la única de las chicas con la que congeniaba un poco.
Lamente no haberme cruzado antes con mi hermana y contarle de mi imprimación
con Nessie. Solo pasó que no hubo oportunidad. Hace dos días llego de New York,
tenía un congreso en esa ciudad, y por supuesto paso todo el tiempo con Paul,
desde su regreso.
Así que no se enteró
de mi ruptura con Maia.
De modo que mi plan
de noche perfecta, se retrasaría por unos minutos. Despacharía rápido a mi ex,
para volver con Nessie. Por supuesto que sería lo más amable que pudiera con
ella, después de todo, lo que aconteció no fue su culpa y era una buena chica.
Entre a la sala de
la casa de Sam, Maia estaba sentada en uno de los sillones. Al verme se incorporó
rápidamente y sonrío.
—Hola, Jake —me
saludo con un abrazo y un beso en la mejilla, demasiado efusivo si me
preguntan.
—Hola, Maia —dije
un poco desconcertado por su actitud, debería odiarme por lo que le hice, pensé.
Mi saludo fue lo más
distante posible, deseaba mantener lejos cualquier tipo de esperanza en una
futura reconciliación.
—¿Cómo has estado? —me preguntó.
—¿Cómo has estado? —me preguntó.
—Bien, ¿y tú?
—Extrañándote —musitó
un poco triste.
—Maia… —comencé-,
no creo que… sea buena idea seguir frecuentándonos, no es saludable para ninguno
de los dos.
—Lo sé… pero… Jacob
no puedo olvidarte, no quiero que dejemos las cosas así —explicó angustiada.
—Lo siento pero así
debe ser —concluí.
—¿Ni siquiera
podemos ser amigos?
—Tú no quieres mi
amistad, Maia, y no puedo darte lo que quieres.
—Entiendo —susurró.
—Será mejor que te
marches, lo siento…
Ella suspiró
resignada y me miró a los ojos.
—Antes de irme…
Quiero algo.
—¿Qué?
—Te amo —murmuró.
—Te amo —murmuró.
Se acercó a mí
decidida y me beso, no quise lastimarla, ya me sentía bastante mal por hacer
que sufriera por mi culpa. Así que deje que tomara lo que quería por última
vez. Me quede inmóvil y no respondí a su beso. La verdad no sentía nada. Sus
labios ya no me provocaban ninguna sensación.
—Me encanta como
besas —me dijo al oído—, y volvió a besarme.
Eso me descolo, ya
que en ningún momento le devolví el beso.
La aparte de mi
rostro, tomándola por los hombros.
—Ya es suficiente,
vete —le ordené irritado.
—Perdón, Jacob, me
deje llevar.
—No te preocupes
esta es la última vez que nos volvemos a ver —le aclare mirándola a los ojos.
—Por supuesto —me
sonrió.
Maia recogió su
bolso, cuando llego al marco de la puerta se giró y hablo nuevamente.
—Solo recuerda que
siempre te estaré esperando —sonó un poco alegre, más de la cuenta para lo
incomoda de esta situación.
No entendía que le
pasaba a esta mujer, al parecer era masoquista.
Respiré profundo,
necesitaba poner en orden mis pensamientos, necesitaba estar con Nessie, volver
a la paz y tranquilidad que ella me daba.
Salí al jardín
donde la deje, pero la banca en donde estábamos sentados hace unos minutos se
hallaba vacía. Busque a Emily para saber se encontraba con ella. Pero ella
estaba en la cocina hablando con Sam.
—¿Has visto a
Renesmee? —le pregunté.
—Hace unos minutos
fue al baño —respondió.
Me dirigí allí,
pero no había nadie. Tal vez salió afuera —pensé.
La busque por los
alrededores, y nada, ningún rastro. Empecé a ponerme paranoico, no se podría
haber marchado, ella prometió dejar que la llevara a su casa.
No sé cuánto
tiempo, estuve dando vueltas. Cuando regrese a la casa de Sam.
Caroline y Seth
habían regresado y estaban en la entrada de la vivienda. Parecía que estaban
discutiendo, lo que me sorprendió, nunca desde que están juntos, los vi pelear.
—No encuentro a
Renesmee por ningún lado —dije muy preocupado.
—Ni la vas a
encontrar por acá, mi hermano la llevo a su casa —contestó Caroline enfadada.
—¿Por qué?, ¿le
paso algo? —exclamé exaltado.
—No le paso nada —me
tranquilizo Seth.
—Entonces por qué
se fue, yo la llevaría a su casa —afirmé.
—A sí, no me digas,
Jake —me replicó con amargura Caroline.
—¿Qué te pasa,
Caroline?, ¿Por qué me hablas así? —no descifraba que sucedía con su actitud.
—¡Quieres saber que
pasa! —levantó la voz más enfada.
—Sí, no entiendo
nada.
—Resulta que
Renesmee no quería interrumpir tu reencuentro amoroso con Maia —me contestó con
ironía.
Eso me cayó como
balde de agua fría. No podía ser… ella me había visto con Maia.
No pude ser más
imbécil.
—Veo que tu
silencio lo explica todo —aseguró.
—Nessie… te dijo
eso —susurré.
—No… mi hermano me
lo contó es lo que ella le explico, todavía no he hablado con Renesmee.
Mi cabeza daba
vueltas seguro pensaba que me estaba burlando de ella.
—Caroline las cosas
no son así, necesito hablar con ella, dime dónde puedo encontrarla —supliqué.
—No sé cómo son las
cosas, y tampoco sé dónde vive su tío, Alan es el único que conoce su casa.
Mi respiración
comenzó a acelerarse y mi cuerpo temblaba por la rabia, como pude ser tan
idiota me repetía una y otra vez, nunca debí dejar que Maia llegara tan lejos.
—Ey Jake,
tranquilízate —pidió Seth.
Trate de hacerle
caso y calmarme respirando profundo en repetidas ocasiones.
—Necesito aclarar
las cosas Seth —mascullé.
—Lo sé… Veremos que
hacemos Jake, te vamos a ayudar —aseguro, Caroline refunfuño y se fue adentro
todavía disgustada.
—Por favor Seth
habla con Caroline.
—Veré que puedo
hacer… ella está muy molesta… pero intentare sacarle algo.
—Puedes explicarme
como fueron las cosas —pidió cruzándose de brazos.
—Maia me beso, no
quería lastimarla y deje que lo hiciera por última vez. Ni siquiera le
correspondí —confesé.
—Pero Renesmee al
parecer te vio, e interpreto las cosas de otra forma.
—Crees que no lo sé
—reí con amargura-, no sabes cuánto me odio por permitir que esto pasara.
—Debo irme —mascullé.
Corrí inmediatamente
adentrándome en el bosque para luego entrar en fase y no pensar.
POV Renesmee
—Estás muy callada, ¿no me vas a decir que te pasa? —me preguntó Alan.
—Solo me duele la
cabeza —respondí mirando por la ventanilla de su auto.
—Te debe doler
mucho la cabeza… tienes una cara… pareces molesta, además —agregó
—Solo me siento
mal, hubiera deseado regresar a casa hace horas, pero Caroline salió con Seth y
no tenía quien me lleve.
—Y por qué no me
llamaste antes o le pediste a Jacob que te traiga.
—No quería
molestarlo, se lo veía muy ocupado con su novia —respondí con ironía.
—¿Con Maia? —preguntó
un poco confundido.
—Sí, o tiene otras
que todavía no conozco –le cuestione disgustada.
—La verdad no lo sé,
pero tenía entendido que habían terminado, eso me dijo Caroline.
—Pues ambos parece
que estaban equivocados —concluí—, ¿podemos dejar ese tema? —pedí.
—¿Estás bien?
—No… quiero llegar
a casa de mi tío y dormir un poco. Mañana salgo para Montana.
—¿Por qué? –pensé
que te quedarías unos días más.
—No puedo debo
regresar al instituto —afirmé.
—Comprendo, pero me
dejaras llevarte al aeropuerto.
—Seguro dile a tu
hermana que mañana hablo con ella y me disculpe por irme así.
—No te preocupes —concluyó.
Alan detuvo su
coche en casa de mi abuelo Charlie. Me giré para despedirme y él me abrazo.
—Aunque no me lo
digas, sé que necesitas este abrazo —me susurró al oído.
Yo le devolví el
abrazo. Lo que me dijo era verdad, necesitaba que alguien me abrazara. Él
estaba en lo cierto. Le di un beso en la mejilla y descendí del auto.
Eran las dos de la
mañana, creí que mi abuelo dormía, pero ni bien llegue a la puerta, él fue
quien me recibió.
—Hola, cariño ¿Cómo te fue?
—Hola, cariño ¿Cómo te fue?
—Bien —mascullé.
Levantó mi mentón
con su mano para que lo mirara.
—Pasa algo, cielo —inquirió
preocupado.
—Nada abuelo, me
duele la cabeza, es todo.
Eso es nuevo, tú
nunca te enfermas. Llamare a Carlisle…
—No, no, no es
nada… —aseguré.
—Por favor,
Renesmee, no me mientas, estas como… no sé… Se te ve triste.
—Solo necesito
dormir, desde que llegue no he parado, he estado de aquí para allá —sonreí—.
Además… Mañana regreso a casa.
—Cierto, te voy a
extrañar —menciono abrazándome.
—Yo también, abuelo
—suspiré.
—Bueno será mejor
que descanses —todavía podía ver en sus ojos que continuaba preocupado por mí.
—Sí… hasta mañana
abuelo.
—Hasta mañana,
cariño, descansa —murmuró dándome un beso en la frente.
Subí a mi cuarto y
me tire en la cama, ni siquiera me cambie, quería dormir y no pensar en nada.
Tome mi almohada y la apreté contra mi pecho.
Mientras, las
lágrimas caían silenciosas por mi rostro.
—TE QUIERO… —recordé
sus palabras cuando me beso—, mentiroso —pensé— como pude ser tan ingenua y
creer sus engaños. Él solo quería jugar conmigo, divertirse un rato. Ahora
comprendía la charla entre Colin y Brady, las miradas… los susurros… todos lo
sabían y como una tonta caí.
POV Jacob
No sé realmente cuanto tiempo estuve vagando por el bosque. Cuando los primeros rayos de sol se asomaron en el nublado cielo de Forks, decidí volver a casa. Tome una ducha para poder despejarme un poco y decidí ir hasta la casa de Seth, necesitaba saber si tenía noticias sobre el paradero de Renesmee. Lamentablemente él no estaba allí, eran las siete de la mañana, donde rayos se había metido. Lo llame a su celular y me dijo que llevaría a Sue a hacer unas compras en Port Angeles, en dos horas regresaba.
Pasada las horas
arribé a casa de Charlie, él me recibió y se sorprendió al verme allí. No lo
culpaba después de todo hace tiempo que no pisaba su casa.
—Hola, Jacob, tanto
tiempo, ¿Cómo estás?
—Bien… gracias… eh…
Busco a Seth.
—Oh, sí… pasa, él
salió un momento, llevo a su madre a comprar unas cosas.
—Lo sé, hable con
él, no te molesta sí lo espero.
—Por supuesto que
no, pasa —me indicó con un gesto de manos.
Me acomode en la
sala y Charlie fue por unos refrescos. La casa permanecía igual a cuando solía
vivir Bella aquí. Solo había unas cuantas cortinas nuevas y flores en algunos
rincones. Sin duda eso era obra de su esposa. Pero lo que en realidad me llamo
la atención eran unas nuevas fotografías de Bella, las cuales mostraban su
nueva vida como inmortal. Un nudo se me formo en la garganta, era la primera
vez que veía su transformación, su piel era extremadamente blanca y sus ojos
perdieron el color chocolate para pasar a un color ámbar. A pesar de todo
seguía siendo muy hermosa, mucho más hermosa.
Charlie volvió de
la cocina con las bebidas, me ofreció una y se sentó frente a mí, en su sillón
favorito. Lo imite y tome asiento.
No sé porque, tal
vez lo de Renesmee, la noche en vela y todo lo que tenía dando vueltas en mi
cabeza, hicieron que el mal humor surgiera en mí y hablé con resentimiento.
—¿Cómo lo soportas,
Charlie? —inquirí viendo la fotografía.
—¿Soportar qué? —me
cuestionó confundido levantando una ceja.
—Que esos
asquerosos chupasangres le hayan arruinado la vida a tu hija —expliqué con
enojado.
—No es lo que tú
piensas Jacob y baja la voz por favor —dijo con el ceño fruncido.
—¿Y cómo es?, la
convirtieron en un monstruo —le aclaré señalando la foto.
—Escucha… tú y yo
sabemos que no fue así, ellos son diferentes. Además fue la elección de ella.
Por supuesto que no te voy a negar que me dolió que me ocultara la verdad.
»Pero cuando fui a visitarlos por primera vez a Montana
y la vi, por un momento creí que era otra persona, había cambiado notablemente,
por lo menos en lo que se refiere a su aspecto físico.
»No obstante con el tiempo me di cuenta que seguía
siendo mi hija, mi Bella, y eso nunca se perdió. Y como ya te explique, ella
eligió y lamento que estés dolido por eso.
Suspiré y analice
lo que acababa de escuchar. Era sorprendente lo bien que había tomado él esta
situación. Parecía que fuera normal que su hija fuera un vampiro, será que no
era primera cosa extraña que presenciaba, ya que al casarse con Sue también
estuvo al tanto de otras leyendas que también resultaron ser ciertas, como lo
éramos nosotros los licántropos. Al relacionarse en un principio con los hijos
de Sue, Seth y Leah, no tardo en
enterarse que eran lobos, al igual que resto de nosotros. Debo decir que lo
tomo bastante bien, era un tipo fuerte.
—Charlie… lo de
Bella conmigo ya es parte del pasado. No te pregunto esto porque siga enamorado
de ella. No sé… Pensé que como padre tal vez hubieras deseado algo mejor par a
ella, que tuviera una vida normal, no se… que tal vez algún día te hiciera
abuelo.
Charlie sonrió de
pronto y soltó una risa divertida.
—¿Qué es lo
gracioso? —le pregunté irritado.
—Mira Jacob sé que
no es de tu incumbencia pero te lo voy a contar…
—Te escucho.
—Edward no quería
transformar a Bella en uno de ellos, pero paso algo que no estaba dentro sus
planes.
Parecía que se
debatía en continuar con la historia o no, pero al final siguió hablando.
—Mi hija se
embarazo.
—¡¿Qué?! —quede en
shock, jamás supe que las sanguijuelas pudieran tener hijos.
—Sí, eso paso —suspiró—,
veras… el bebé era diferente, crecía muy rápido y con ello la vida de Bella se
iba consumiendo —explicó— la gestación duro menos de un mes, solo 28 días.
Cuando Bella dio a luz, Edward no tuvo otra opción que transformarla para
salvarle la vida.
Él se quedó
mirándome a los ojos, esperando mi reacción. No lo podía creer, después de todo
lo que acababa de soltar de repente, no me daba la razón.
Y aun afirmaba que
no se encontraba disgustado con ella y para colmo de males, sonreía por la idea
de tener un nieto en esas condiciones.
No lo soporte más y
las palabras salieron de golpe…
—De verdad no puedo
comprender como no odias a ese asqueroso chupasangre por haberle arruinado la
existencia a Bella y convertirla en una aberración, y no solo se conformó con
eso… Además sembró en ella un engendro que le devoraba su vida casi matándola.
El rostro de
Charlie cambio repentinamente, su ira era notable en su cara, al parecer no le
gusto lo que le dije, pero tenía que desahogarme.
—Cuida tus palabras
Jacob Black —me advirtió.
—Déjalo abuelo —escuché
una voz que venía desde arriba.
Mi corazón se
detuvo al oír esa voz, la cual ya era tan familiar en mi cabeza. Luego la vi
descender por las escaleras, llevaba una maleta en una de sus manos. Se veía
tan hermosa con su vestido azul y su pelo ondulado cayendo en uno de sus
hombros.
No entendía que
hacia aquí. Había llamado a Charlie, ¿abuelo?
No… No podía ser. Ella tiene 18 años y Edward y
Bella se casaron hace 7 años, a lo sumo esa es la edad que tendría que tener,
si fuera su hija. Se colocó al lado de Charlie y me miraba furiosa.
No podía articular
palabra, mis ojos no se apartaban de su rostro.
Charlie aclaró su
garganta y rompió el silencio.
—Jacob, ella es mi
nieta, se llama…
En ese momento ella
lo interrumpió.
—Me puedo presentar
sola abuelo, a fin de cuentas, por como hablo de mis padres parece que me
conoce muy bien.
—¿Cómo me llamaste?
—me preguntó con ironía—. A sí… lo recuerdo, soy el engendro devorador de
vidas, según tú ¿no? —me aclaro fríamente.
—Renesmee, cielo…
Jacob no quiso decir eso —murmuró Charlie.
Como el idiota que
era, continuaba petrificado frente a ella sin decir nada.
—Se exactamente lo
que quiso decir, y la verdad no me importa lo que piense de mí. Pero no voy a
permitir que hable así de mi familia.
Bajé la mirada al
suelo, me sentía impotente que le iba a explicar, ¿Qué lo sentía?, eso no era
suficiente.
—Mira, cariño deja
que te aclaré las cosas —le pidió Charlie.
—No te preocupes
abuelo, en momento como este sobran las palabras.
Un auto freno
afuera de la casa y toco la bocina. Renesmee beso a Charlie en la mejilla y le
dio un fuerte abrazo. Su rostro cambio por un momento y se le ilumino con una
sonrisa.
—Te voy a extrañar
abuelo. Pero prométeme que me vas a visitar.
—Eso no tienes que
pedirlo, cielo. Por supuesto que iré a verte —respondió él—. Adiós cariño, me
llamas cuando llegues.
Esas palabras me
sacaron de mi trance, se iba…, se marchaba y todavía no había solucionado nada.
Nessie tomo su maleta y se dirigió a la puerta.
Inmediatamente salí
detrás de ella, la tome del brazo para hacerla girar y me mirara. Nos quedamos
frente a frente, a pocos centímetros. Renesmee se sorprendió por mi reacción,
pero todavía me miraba muy enojada.
—No te puedes ir, tenemos que hablar —le susurré mientras mi cuerpo temblaba.
—No te puedes ir, tenemos que hablar —le susurré mientras mi cuerpo temblaba.
Ella miró su brazo
y mi mano sobre él. Luego me miró a los ojos.
—No tenemos nada de
qué hablar… adiós Jacob Black.
La solté y salió
para encontrarse con Alan, él la ayudo con su maleta, mientras que subía a su
auto, para alejarse del lugar.
Me quede parado
mirando cómo se marchaba y se llevaba mi corazón…
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