martes, 14 de enero de 2014

Capítulo 7: Descubrimientos

POV Jacob

Mi suerte sí que era extraña, la noche comenzó de maravilla, por fin Renesmee ya sabía lo que sentía por ella, y perdía las esperanzas de que pronto me correspondiera.
Me volví loco contando las horas desde ayer hasta hoy, para volver a verla. Pero mi espera fue recompensada. Por fin pude probar sus labios, ya la realidad supero la imaginación, además sentí una gran satisfacción cuando me correspondió.
Si bien ella todavía no tiene en claro lo que siente por mí, me conformo en saber las reacciones que yo soy capaz de provocarle. Es un placer escuchar cómo se le acelera el corazón, cuando la toco y como se ruboriza y le brillan los ojos, cada vez que le sonrío.
No sé bien cuando, pero tal vez más rápido de lo que imagino, Renesmee tendrá claro sus sentimientos y nuestra felicidad será completa. Porque esa es mi meta que sea feliz, amarla profundamente y protegerla de todo, esa es mi única tarea. Tarea que haré con gusto toda mi vida.
Sin embargo, mi suerte cambio hace cinco minutos cuando Colin, me informo que Maia había llegado inesperadamente y quería hablar conmigo.
No tenía idea que rayos hacia aquí. La mayoría ya sabía de mi imprimación con Renesmee.
Pero al parecer, la invitó Rebeca, era con la única de las chicas con la que congeniaba un poco. Lamente no haberme cruzado antes con mi hermana y contarle de mi imprimación con Nessie. Solo pasó que no hubo oportunidad. Hace dos días llego de New York, tenía un congreso en esa ciudad, y por supuesto paso todo el tiempo con Paul, desde su regreso.
Así que no se enteró de mi ruptura con Maia.
De modo que mi plan de noche perfecta, se retrasaría por unos minutos. Despacharía rápido a mi ex, para volver con Nessie. Por supuesto que sería lo más amable que pudiera con ella, después de todo, lo que aconteció no fue su culpa y era una buena chica.
Entre a la sala de la casa de Sam, Maia estaba sentada en uno de los sillones. Al verme se incorporó rápidamente y sonrío.
—Hola, Jake —me saludo con un abrazo y un beso en la mejilla, demasiado efusivo si me preguntan.
—Hola, Maia —dije un poco desconcertado por su actitud, debería odiarme por lo que le hice, pensé.
Mi saludo fue lo más distante posible, deseaba mantener lejos cualquier tipo de esperanza en una futura reconciliación.
—¿Cómo has estado? —me preguntó.
—Bien, ¿y tú?
—Extrañándote —musitó un poco triste.
—Maia… —comencé-, no creo que… sea buena idea seguir frecuentándonos, no es saludable para ninguno de los dos.
—Lo sé… pero… Jacob no puedo olvidarte, no quiero que dejemos las cosas así —explicó angustiada.
—Lo siento pero así debe ser —concluí.
—¿Ni siquiera podemos ser amigos?
—Tú no quieres mi amistad, Maia, y no puedo darte lo que quieres.
—Entiendo —susurró.
—Será mejor que te marches, lo siento…
Ella suspiró resignada y me miró a los ojos.
—Antes de irme… Quiero algo.
—¿Qué?
—Te amo —murmuró.
Se acercó a mí decidida y me beso, no quise lastimarla, ya me sentía bastante mal por hacer que sufriera por mi culpa. Así que deje que tomara lo que quería por última vez. Me quede inmóvil y no respondí a su beso. La verdad no sentía nada. Sus labios ya no me provocaban ninguna sensación.
—Me encanta como besas —me dijo al oído—, y volvió a besarme.
Eso me descolo, ya que en ningún momento le devolví el beso.
La aparte de mi rostro, tomándola por los hombros.
—Ya es suficiente, vete —le ordené irritado.
—Perdón, Jacob, me deje llevar.
—No te preocupes esta es la última vez que nos volvemos a ver —le aclare mirándola a los ojos.
—Por supuesto —me sonrió.
Maia recogió su bolso, cuando llego al marco de la puerta se giró y hablo nuevamente.
—Solo recuerda que siempre te estaré esperando —sonó un poco alegre, más de la cuenta para lo incomoda de esta situación.
No entendía que le pasaba a esta mujer, al parecer era masoquista.
Respiré profundo, necesitaba poner en orden mis pensamientos, necesitaba estar con Nessie, volver a la paz y tranquilidad que ella me daba.
Salí al jardín donde la deje, pero la banca en donde estábamos sentados hace unos minutos se hallaba vacía. Busque a Emily para saber se encontraba con ella. Pero ella estaba en la cocina hablando con Sam.
—¿Has visto a Renesmee? —le pregunté.
—Hace unos minutos fue al baño —respondió.
Me dirigí allí, pero no había nadie. Tal vez salió afuera —pensé.
La busque por los alrededores, y nada, ningún rastro. Empecé a ponerme paranoico, no se podría haber marchado, ella prometió dejar que la llevara a su casa.
No sé cuánto tiempo, estuve dando vueltas. Cuando regrese a la casa de Sam.
Caroline y Seth habían regresado y estaban en la entrada de la vivienda. Parecía que estaban discutiendo, lo que me sorprendió, nunca desde que están juntos, los vi pelear.
—No encuentro a Renesmee por ningún lado —dije muy preocupado.
—Ni la vas a encontrar por acá, mi hermano la llevo a su casa —contestó Caroline enfadada.
—¿Por qué?, ¿le paso algo? —exclamé exaltado.
—No le paso nada —me tranquilizo Seth.
—Entonces por qué se fue, yo la llevaría a su casa —afirmé.
—A sí, no me digas, Jake —me replicó con amargura Caroline.
—¿Qué te pasa, Caroline?, ¿Por qué me hablas así? —no descifraba que sucedía con su actitud.
—¡Quieres saber que pasa! —levantó la voz más enfada.
—Sí, no entiendo nada.
—Resulta que Renesmee no quería interrumpir tu reencuentro amoroso con Maia —me contestó con ironía.
Eso me cayó como balde de agua fría. No podía ser… ella me había visto con Maia.
No pude ser más imbécil.
—Veo que tu silencio lo explica todo —aseguró.
—Nessie… te dijo eso —susurré.
—No… mi hermano me lo contó es lo que ella le explico, todavía no he hablado con Renesmee.
Mi cabeza daba vueltas seguro pensaba que me estaba burlando de ella.
—Caroline las cosas no son así, necesito hablar con ella, dime dónde puedo encontrarla —supliqué.
—No sé cómo son las cosas, y tampoco sé dónde vive su tío, Alan es el único que conoce su casa.
Mi respiración comenzó a acelerarse y mi cuerpo temblaba por la rabia, como pude ser tan idiota me repetía una y otra vez, nunca debí dejar que Maia llegara tan lejos.
—Ey Jake, tranquilízate —pidió Seth.
Trate de hacerle caso y calmarme respirando profundo en repetidas ocasiones.
—Necesito aclarar las cosas Seth —mascullé.
—Lo sé… Veremos que hacemos Jake, te vamos a ayudar —aseguro, Caroline refunfuño y se fue adentro todavía disgustada.
—Por favor Seth habla con Caroline.
—Veré que puedo hacer… ella está muy molesta… pero intentare sacarle algo.
—Puedes explicarme como fueron las cosas —pidió cruzándose de brazos.
—Maia me beso, no quería lastimarla y deje que lo hiciera por última vez. Ni siquiera le correspondí —confesé.
—Pero Renesmee al parecer te vio, e interpreto las cosas de otra forma.
—Crees que no lo sé —reí con amargura-, no sabes cuánto me odio por permitir que esto pasara.
—Debo irme —mascullé.
Corrí inmediatamente adentrándome en el bosque para luego entrar en fase y no pensar.


POV Renesmee

—Estás muy callada, ¿no me vas a decir que te pasa? —me preguntó Alan.
—Solo me duele la cabeza —respondí mirando por la ventanilla de su auto.
—Te debe doler mucho la cabeza… tienes una cara… pareces molesta, además —agregó
—Solo me siento mal, hubiera deseado regresar a casa hace horas, pero Caroline salió con Seth y no tenía quien me lleve.
—Y por qué no me llamaste antes o le pediste a Jacob que te traiga.
—No quería molestarlo, se lo veía muy ocupado con su novia —respondí con ironía.
—¿Con Maia? —preguntó un poco confundido.
—Sí, o tiene otras que todavía no conozco –le cuestione disgustada.
—La verdad no lo sé, pero tenía entendido que habían terminado, eso me dijo Caroline.
—Pues ambos parece que estaban equivocados —concluí—, ¿podemos dejar ese tema? —pedí.
—¿Estás bien?
—No… quiero llegar a casa de mi tío y dormir un poco. Mañana salgo para Montana.
—¿Por qué? –pensé que te quedarías unos días más.
—No puedo debo regresar al instituto —afirmé.
—Comprendo, pero me dejaras llevarte al aeropuerto.
—Seguro dile a tu hermana que mañana hablo con ella y me disculpe por irme así.
—No te preocupes —concluyó.
Alan detuvo su coche en casa de mi abuelo Charlie. Me giré para despedirme y él me abrazo.
—Aunque no me lo digas, sé que necesitas este abrazo —me susurró al oído.
Yo le devolví el abrazo. Lo que me dijo era verdad, necesitaba que alguien me abrazara. Él estaba en lo cierto. Le di un beso en la mejilla y descendí del auto.
Eran las dos de la mañana, creí que mi abuelo dormía, pero ni bien llegue a la puerta, él fue quien me recibió.
—Hola, cariño ¿Cómo te fue?
—Bien —mascullé.
Levantó mi mentón con su mano para que lo mirara.
—Pasa algo, cielo —inquirió preocupado.
—Nada abuelo, me duele la cabeza, es todo.
Eso es nuevo, tú nunca te enfermas. Llamare a Carlisle…
—No, no, no es nada… —aseguré.
—Por favor, Renesmee, no me mientas, estas como… no sé… Se te ve triste.
—Solo necesito dormir, desde que llegue no he parado, he estado de aquí para allá —sonreí—. Además… Mañana regreso a casa.
—Cierto, te voy a extrañar —menciono abrazándome.
—Yo también, abuelo —suspiré.
—Bueno será mejor que descanses —todavía podía ver en sus ojos que continuaba preocupado por mí.
—Sí… hasta mañana abuelo.
—Hasta mañana, cariño, descansa —murmuró dándome un beso en la frente.
Subí a mi cuarto y me tire en la cama, ni siquiera me cambie, quería dormir y no pensar en nada. Tome mi almohada y la apreté contra mi pecho.
Mientras, las lágrimas caían silenciosas por mi rostro.
—TE QUIERO… —recordé sus palabras cuando me beso—, mentiroso —pensé— como pude ser tan ingenua y creer sus engaños. Él solo quería jugar conmigo, divertirse un rato. Ahora comprendía la charla entre Colin y Brady, las miradas… los susurros… todos lo sabían y como una tonta caí.


POV Jacob

No sé realmente cuanto tiempo estuve vagando por el bosque. Cuando los primeros rayos de sol se asomaron en el nublado cielo de Forks, decidí volver a casa. Tome una ducha para poder despejarme un poco y decidí ir hasta la casa de Seth, necesitaba saber si tenía noticias sobre el paradero de Renesmee. Lamentablemente él no estaba allí, eran las siete de la mañana, donde rayos se había metido. Lo llame a su celular y me dijo que llevaría a Sue a hacer unas compras en Port Angeles, en dos horas regresaba.
Pasada las horas arribé a casa de Charlie, él me recibió y se sorprendió al verme allí. No lo culpaba después de todo hace tiempo que no pisaba su casa.
—Hola, Jacob, tanto tiempo, ¿Cómo estás?
—Bien… gracias… eh… Busco a Seth.
—Oh, sí… pasa, él salió un momento, llevo a su madre a comprar unas cosas.
—Lo sé, hable con él, no te molesta sí lo espero.
—Por supuesto que no, pasa —me indicó con un gesto de manos.
Me acomode en la sala y Charlie fue por unos refrescos. La casa permanecía igual a cuando solía vivir Bella aquí. Solo había unas cuantas cortinas nuevas y flores en algunos rincones. Sin duda eso era obra de su esposa. Pero lo que en realidad me llamo la atención eran unas nuevas fotografías de Bella, las cuales mostraban su nueva vida como inmortal. Un nudo se me formo en la garganta, era la primera vez que veía su transformación, su piel era extremadamente blanca y sus ojos perdieron el color chocolate para pasar a un color ámbar. A pesar de todo seguía siendo muy hermosa, mucho más hermosa.
Charlie volvió de la cocina con las bebidas, me ofreció una y se sentó frente a mí, en su sillón favorito. Lo imite y tome asiento.
No sé porque, tal vez lo de Renesmee, la noche en vela y todo lo que tenía dando vueltas en mi cabeza, hicieron que el mal humor surgiera en mí y hablé con resentimiento.
—¿Cómo lo soportas, Charlie? —inquirí viendo la fotografía.
—¿Soportar qué? —me cuestionó confundido levantando una ceja.
—Que esos asquerosos chupasangres le hayan arruinado la vida a tu hija —expliqué con enojado.
—No es lo que tú piensas Jacob y baja la voz por favor —dijo con el ceño fruncido.
—¿Y cómo es?, la convirtieron en un monstruo —le aclaré señalando la foto.
—Escucha… tú y yo sabemos que no fue así, ellos son diferentes. Además fue la elección de ella. Por supuesto que no te voy a negar que me dolió que me ocultara la verdad.
»Pero cuando fui a visitarlos por primera vez a Montana y la vi, por un momento creí que era otra persona, había cambiado notablemente, por lo menos en lo que se refiere a su aspecto físico.
»No obstante con el tiempo me di cuenta que seguía siendo mi hija, mi Bella, y eso nunca se perdió. Y como ya te explique, ella eligió y lamento que estés dolido por eso.
Suspiré y analice lo que acababa de escuchar. Era sorprendente lo bien que había tomado él esta situación. Parecía que fuera normal que su hija fuera un vampiro, será que no era primera cosa extraña que presenciaba, ya que al casarse con Sue también estuvo al tanto de otras leyendas que también resultaron ser ciertas, como lo éramos nosotros los licántropos. Al relacionarse en un principio con los hijos de Sue,  Seth y Leah, no tardo en enterarse que eran lobos, al igual que resto de nosotros. Debo decir que lo tomo bastante bien, era un tipo fuerte.
—Charlie… lo de Bella conmigo ya es parte del pasado. No te pregunto esto porque siga enamorado de ella. No sé… Pensé que como padre tal vez hubieras deseado algo mejor par a ella, que tuviera una vida normal, no se… que tal vez algún día te hiciera abuelo.
Charlie sonrió de pronto y soltó una risa divertida.
—¿Qué es lo gracioso? —le pregunté irritado.
—Mira Jacob sé que no es de tu incumbencia pero te lo voy a contar…
—Te escucho.
—Edward no quería transformar a Bella en uno de ellos, pero paso algo que no estaba dentro sus planes.
Parecía que se debatía en continuar con la historia o no, pero al final siguió hablando.
—Mi hija se embarazo.
—¡¿Qué?! —quede en shock, jamás supe que las sanguijuelas pudieran tener hijos.
—Sí, eso paso —suspiró—, veras… el bebé era diferente, crecía muy rápido y con ello la vida de Bella se iba consumiendo —explicó— la gestación duro menos de un mes, solo 28 días. Cuando Bella dio a luz, Edward no tuvo otra opción que transformarla para salvarle la vida.
Él se quedó mirándome a los ojos, esperando mi reacción. No lo podía creer, después de todo lo que acababa de soltar de repente, no me daba la razón.
Y aun afirmaba que no se encontraba disgustado con ella y para colmo de males, sonreía por la idea de tener un nieto en esas condiciones.
No lo soporte más y las palabras salieron de golpe…
—De verdad no puedo comprender como no odias a ese asqueroso chupasangre por haberle arruinado la existencia a Bella y convertirla en una aberración, y no solo se conformó con eso… Además sembró en ella un engendro que le devoraba su vida casi matándola.
El rostro de Charlie cambio repentinamente, su ira era notable en su cara, al parecer no le gusto lo que le dije, pero tenía que desahogarme.
—Cuida tus palabras Jacob Black —me advirtió.
—Déjalo abuelo —escuché una voz que venía desde arriba.
Mi corazón se detuvo al oír esa voz, la cual ya era tan familiar en mi cabeza. Luego la vi descender por las escaleras, llevaba una maleta en una de sus manos. Se veía tan hermosa con su vestido azul y su pelo ondulado cayendo en uno de sus hombros.
No entendía que hacia aquí. Había llamado a Charlie, ¿abuelo?
No…  No podía ser. Ella tiene 18 años y Edward y Bella se casaron hace 7 años, a lo sumo esa es la edad que tendría que tener, si fuera su hija. Se colocó al lado de Charlie y me miraba furiosa.
No podía articular palabra, mis ojos no se apartaban de su rostro.
Charlie aclaró su garganta y rompió el silencio.
—Jacob, ella es mi nieta, se llama…
En ese momento ella lo interrumpió.
—Me puedo presentar sola abuelo, a fin de cuentas, por como hablo de mis padres parece que me conoce muy bien.
—¿Cómo me llamaste? —me preguntó con ironía—. A sí… lo recuerdo, soy el engendro devorador de vidas, según tú ¿no? —me aclaro fríamente.
—Renesmee, cielo… Jacob no quiso decir eso —murmuró Charlie.
Como el idiota que era, continuaba petrificado frente a ella sin decir nada.
—Se exactamente lo que quiso decir, y la verdad no me importa lo que piense de mí. Pero no voy a permitir que hable así de mi familia.
Bajé la mirada al suelo, me sentía impotente que le iba a explicar, ¿Qué lo sentía?, eso no era suficiente.
—Mira, cariño deja que te aclaré las cosas —le pidió Charlie.
—No te preocupes abuelo, en momento como este sobran las palabras.
Un auto freno afuera de la casa y toco la bocina. Renesmee beso a Charlie en la mejilla y le dio un fuerte abrazo. Su rostro cambio por un momento y se le ilumino con una sonrisa.
—Te voy a extrañar abuelo. Pero prométeme que me vas a visitar.
—Eso no tienes que pedirlo, cielo. Por supuesto que iré a verte —respondió él—. Adiós cariño, me llamas cuando llegues.
Esas palabras me sacaron de mi trance, se iba…, se marchaba y todavía no había solucionado nada. Nessie tomo su maleta y se dirigió a la puerta.
Inmediatamente salí detrás de ella, la tome del brazo para hacerla girar y me mirara. Nos quedamos frente a frente, a pocos centímetros. Renesmee se sorprendió por mi reacción, pero todavía me miraba muy enojada.
—No te puedes ir, tenemos que hablar —le susurré mientras mi cuerpo temblaba.
Ella miró su brazo y mi mano sobre él. Luego me miró a los ojos.
—No tenemos nada de qué hablar… adiós Jacob Black.
La solté y salió para encontrarse con Alan, él la ayudo con su maleta, mientras que subía a su auto, para alejarse del lugar.
Me quede parado mirando cómo se marchaba y se llevaba mi corazón…

martes, 7 de enero de 2014

Capítulo 6: Confesiones y Engaños

POV Renesmee

El lugar era hermoso, había una tranquilidad muy particular en él. El aire era fresco y puro. Junto con el afloraban todos los olores característicos de la zona.
—¿Te gusta? —su voz interrumpió mis cavilaciones.
—Mucho —suspiré.
Me giré para poder verlo. Por su cara asomaba como siempre una gran sonrisa. Jacob se acercó hasta donde estábamos Caroline y yo. Habíamos llegado hace cinco minutos. Apenas baje del automóvil de mi amiga no pude contenerme y camine hasta la orilla del mar para poder apreciar la playa.
Jacob tenía sus ojos puestos en mí, lo que provocaba que mi corazón latía como loco.
Caroline limpió su garganta y se dirigió a Jake.
—Bueno voy a reunirme con Seth… —una sonrisa pícara me advirtió que estaba por hacer una de las suyas— ¿Por qué Jake no llevas a Renesmee a dar una vuelta por el lugar?
—Es una buena idea, que te parece Nessie, ¿quieres conocer los alrededores?
—Por supuesto —le respondí con una sonrisa.
Mi amiga nos dejó solos. Jacob y yo emprendimos una caminata por la orilla del mar. Recorrimos unos metros en un silencio un poco incómodo. Solo se escuchaba el trabajo de la naturaleza. Las olas chocaban contra las rocas, el viento soplaba un poco helado y las gaviotas cruzaban el firmamento.
—¿Quieres conocer mi lugar favorito? —hablo finalmente.
—Claro —murmuré.
A lo lejos se distinguían unas rocas de varios tamaños, unas eran realmente grandes. Muchas de ellas estaban ocultas por unos árboles que rodeaban esa parte de la playa.
Jake trepo por las piedras hasta llegar a las más grandes. Creo que tenían más de dos metros de altura.
—Ven toma mi mano —me indico.
Me ayudo a subir y nos sentamos allí. Desde arriba se podía ver mejor el mar, el sol apenas se divisaba a los lejos, ya que estaba oscureciendo, pero hacia que el cielo gris se cubriera con algunos tonos naranjas.
Realmente era una vista hermosa.
—Aquí vengo, cuando quiero pensar o solo relajarme —musito— ¿Qué te parece?
—Que es muy bonito —inspiré—, gracias por mostrármelo.
—De nada —contestó con su gran sonrisa.
—Te gustaría aprender mi técnica de relajación —me preguntó.
—¿Técnica de relajación? —me reí.
—No te rías, esto es serio —bromeó.
—No creo que haga falta ninguna técnica, el lugar es precioso —dije mirando a mi alrededor—, hay mucha paz aquí.
—Si es cierto… se puede ver a simple vista, pero también se puede apreciar con otros sentidos —me explicó.
—¿Y qué propones? —cuestione con curiosidad.
—Mmm… cierra los ojos —pidió.
—¿Por qué? ¿O para qué? —lo miré con ojos entrecerrados.
—¿Acaso no confías en mí? —declaro haciendo un puchero.
—Está bien —suspiré.
Me giré hacia él y cerré mis ojos. Estaba un poco nerviosa y me sentía incomoda con la situación, pero a la vez me parecía entretenida y excitante.
—Bueno no hagas trampa —advirtió.
—Lo prometo —me reí.
—Primero para relajarse, es bueno usar todos los sentidos, pero en este caso, no usaras la visión.
—Entiendo —murmuré—, ¿y ahora?
—Quiero que analices todo lo que sientes y me lo digas.
—Mmm… son muchas cosas —expliqué—, el viento que sopla fuerte, percibo un profundo olor a bosque, el mar que choca contra las rocas, y también escucho a los pájaros.
—¿Qué más? —inquirió.
—No sé… —mentí—, mis sentidos vampiros no me ocultaban sus frenéticos latidos del corazón y me encantaba la colonia que estaba usando, pero por supuesto que no le diría aquello.
De pronto sentí un gran calor en mis manos.
—¿Y esto?
Jacob ennovio mis manos entre las suyas y comenzó a masajearlas.
—Sí… —respondí con la voz entrecortada—. Tienes las manos muy cálidas.
Me parece que comencé a ruborizarme. Sentí como ese calor subió a mi rostro. En ese instante se volvió más caliente, una de mis mejillas ardía.
Inspiré hondo y abrí mis ojos. Él se encontraba muy cerca de mí. Con una mano envolví las mías y con la otra me acariciaba un lado de mi cara.
Me encontré con sus ojos, los cuales tenían un brillo especial, se veían más hermosos que nunca.
Mi corazón se aceleró, con su mirada y se me dificultaba respirar.
—Te molesta que haga esto —preguntó mientras seguía acariciándome el rostro.
Yo negué con mi cabeza. Me había olvidado hasta como se hablaba.
Él solo sonrió con gran satisfacción, y yo no pude contenerme y también sonreí como una tonta, a la vez que mi corazón palpitaba desbocado.
Continúo tocando mi piel, y sus dedos se deslizaron hacia mis labios, rozándolos levemente, en ese preciso momento desvío su atención hacia mi boca y no aparto la vista de ahí.
Sin proponérmelo entreabrí mi boca y él se acercó despacio.
Mi mente queda en blanco, me iba a besar, sería mi primer beso, y deseaba con todo el corazón que sucediera. La distancia se acorto más y más. Sentí su respiración entrecortada en mi cara. Sus ojos se posaron brevemente en los míos, luego los cerros y nuestros labios se fusionaron. No pude evitar seguirlo y de la misma forma cerré mis ojos. Su boca se movió despacio sobre la mía, invitándome a seguirlo, copie los suaves y lentos movimientos de sus labios. Sus besos fueron tiernos y cuidadosos.
Mi estómago era una revolución sentía miles de mariposas en él. Y una corriente atravesaba mi cuerpo.
Finalmente Jacob se apartó un poco y apoyo su frente contra la mía. También respiraba con dificultad. Sería posible que sintiera todo lo que yo estaba experimentando.
—Nessie… —parecía meditar lo que iba a decir—, sé que es muy pronto para decir esto… pero… yo... —se calló un momento.
Levantó su mirada y tomo mis manos entre las suyas nuevamente.
—Yo… te… te quiero —logro pronunciar.
Me quede inmóvil, por un lapso de tiempo pensé que me diría que ese beso fue un error, que no debía haber pasado.
—Mmm… sé que tu… quizás... no sientas lo mismo pero, solo quería que lo supieras.
Continuaba sin decir nada y su rostro se entristeció.
—No te preocupes, no estás obligada a nada —me aseguro.
Jacob soltó mis manos de golpe, parecía abatido. No tenía idea que responder mi mente seguía en blanco.
—Bueno regresemos —dijo mientras se ponía de pie.
Me tendió su mano para ayudarme a incorporarme. Luego la soltó y desvío su mirada.
Un dolor atravesó mi pecho, no me gustaba que sufriera. Así que sin pensarlo dos veces intente decir algo.
—¡Jake!… yo…
Él volvió a mirarme y sus ojos me convencieron para correr a sus brazos. Lo tome por la cintura, sentí como su cuerpo se tensó al momento, pero rápidamente me envolvió con sus brazos.
Hundí mi cara en su pecho, respirando su exquisito aroma.
—Jake… yo no sé qué siento exactamente… pero me gusto que me besaras —logré articular poniéndome colorada.
—Bueno… eso es más que suficiente para mí —rió.
Su cuerpo se relajó totalmente y seguimos abrazados por unos minutos. Me sentía muy feliz en sus brazos. Él no dijo nada, no hacían falta las palabras. Simplemente acarició mi espalda y mis cabellos.
Más tarde regresamos con los demás, en el corto camino de vuelta, él me tomo de la mano, y antes de encontrarnos con todos, se detuvo.
Puso sus manos a los lados de mi rostro para que lo mirara y susurró:
—Nessie, quiero que sepas que seré paciente y voy a esperar hasta que tengas en claro que sientes por mí.
—Me parece bien, gracias Jake.
Me soltó de las manos, pero antes me dio un pequeño beso en los labios.
Nos dirigimos a la casa de Sam, era uno de los amigos de Jacob y Seth.
Caroline y Seth nos esperaban en la puerta. Cuando mi amiga nos vio llegar se acercó hasta donde me encontraba y me condujo hacia el interior de la vivienda para conocer a los presentes.
Por supuesto que a los primeros que conocí fueron a los anfitriones de la reunión.
Sam y Emily eran muy atentos conmigo, Caroline ya me había contado sobre ellos y me advirtió sobre el accidente que tuvo Emily, me sorprendí un poco al ver su rostro, tenía una cicatriz a lo largo de su cara. Inmediatamente desvíe mi mirada no quería que se sintiera incomoda los salude a ambos con un besos en la mejilla.
Después puse mi atención al pequeño niño que estaba escondió detrás de su madre. Siempre me pasaba lo mismo los niños eran mi debilidad.
—Hola peque ¿Cómo te llamas? —le pregunté sonriendo.
Él se acercó tímidamente.
—Malik —dijo con una sonrisa.
—Hola, Malik, mucho gusto, yo soy Nessie.
El pequeño volvió a sonreír, y se ocultó de nuevo tras de su madre.
—Es un poco tímido, pero parece que le agradas, nunca habla con nadie —me comento Emily.
—Es que Renesmee es muy buena con los niños —aclaro mi amiga.
Los demás se fueron acercando. Conocí a Quil, Claire, Embry, Paul y a Rebeca, la hermana de Jacob.
También se encontraban presentes Jared y Kim, a quienes ya había conocido antes.
Más tarde llegaron Colin, Brady y Sara. La pequeña casa se llenó inmediatamente. Así que todos nos fuimos acomodando en el amplio patio trasero de la casa. Era muy lindo lleno de flores por todo el lugar. Una larga mesa llena de comida, se ubicaba en el centro, en total éramos como quince personas, pero prepararon comida como para cincuenta.
Nos sentamos en uno de los bancos que había en el jardín.
Y por supuesto Caroline, no tardo en empezar con el interrogatorio.
—Y que paso, ¿quiero saberlo todo?
—No tendrías que contarte nada, por haberme dejado sola con él —le reproche.
—Ya sabes lo que dicen amiga. Dos compañía, tres multitud —se carcajeó—, además… ¿Qué?, ¿tan malo fue? —preguntó confundida.
—No… —dije esquivando su mirada.
—¿Por qué te pones colorada? —inquirió ansiosa.
Suspiré.
—No fue para nada malo, caminamos, me enseño los alrededores y…
—¿Y qué?, dime Renesmee, no me dejes con esta incertidumbre.
—Me beso… —susurré.
—Wow… Lo sabía —gritó.
—¡Cállate! Quieres que todo el mundo se entere.
—No seas exagerada amiga.
—Y si ya lo sabias ¿Por qué preguntas tanto? —dije molesta.
—Solo quería la confirmación de los hechos —me aclaro—, pero con solo ver la cara de felicidad de Jake, supe que todo había ido de maravillas. Por supuesto tú no te quedas atrás —aclaro— si te vieras en este momento, tus ojos tienen un brillo especial.
—Estas exagerando —le respondí.
—Si… como no… —dijo con ironía.
De repente quise, sacarme una duda, desde que llegue, sentía como todos me miraban de una forma especial.
—Se puede saber por qué todos, ¿están tan pendiente de mí?
—¿Qué? ¿Por qué dices eso?
—No se… me miran de una forma extraña, como si supieran algo que yo no sé.
—Son ideas tuyas, no pasa nada —concluyó.
Seth vino por Caroline y se marcharon por unas bebidas. Me quede sola por unos minutos.
Al observar a mí alrededor se podía ver que todos se llevaban muy bien, eran como una gran familia. Jared y Kim se encontraban en una banca atrás del jardín, estaban abrazados y se los veía muy enamorados y felices. Cerca de la mesa conversaban Embry y Quil, quien tenía en su regazo a Claire, ella estaba completamente dormida. Por momentos él la mecía y acariciaba su cabello, era como un hermano mayor muy protector.
Jake apareció por detrás y me susurró al oído.
—¿Por qué tan pensativa? —preguntó divertido.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo al sentir su aliento en mi oreja.
—Por nada —logre contestar.
Se sentó a mi lado y tomo una de mis manos.
-¿La estas pasando bien?
—Sí, todos son muy amables.
—¿Dónde estabas? —quise saber.
—¿Qué? ¿Me extrañaste? —dijo con picardía.
Me sonrojé al instante.
—Tomare eso como un sí —musitó acariciando mi mejilla.
Yo no dejaba de sonreír como una boba, mientras él continuamente me regalaba también sus grandes sonrisas.
Colin se acercó a Jake y le dijo algo al oído. Jacob se puso tenso y su rostro se tornó serio.
—Ya vuelvo Nessie, tengo que atender un asunto —comentó preocupado.
—¿Paso algo malo?
—No. No es nada importante, no te preocupes.
Se acercó y me dio un beso en la mejilla.
—Vuelvo pronto, no me extrañes —susurró en mi oído.
Yo asentí y vi cómo se marchaba hacia la casa, antes de entrar se acercó a Emily y le dijo algo. Ella me miró y se acercó hasta donde estaba.
—Jacob me pidió que no te dejara sola —confeso mientras se sentaba.
—Gracias pero no tenías por qué molestarte.
—No es ninguna molestia, lo hago con gusto, así nos conocemos mejor —dijo sonriendo.
Estuvimos un tiempo platicando, le conté algo sobre mi familia, por supuesto omitiendo la parte de mi vida que incluía a los vampiros. Ella me hablo sobre su familia, su pequeño hijo Malik, quien tenía cerca de tres años. En fin Emily era muy amable.
Colin y Brady se sentaron cerca de nosotras, se los veía muy divertidos.
—La verdad no quisiera estar entre sus zapatos —le decía Colin a su amigo.
—Quien lo diría, es todo un don Juan —bromeaba Brady.
—Sí, pero no tiene mucha suerte después de todo —le aclaró Colin.
—Eso sí, se les juntaron las dos… el día y la noche —se carcajeo Brady.
Emily parece que se molestó con sus comentarios y les lanzo una mirada de advertencia y los dos cambiaron de tema.
Me sentía incomoda no sé porque pero presentía algo.
—¿Dónde está el baño? —le pregunté.
—Eh… por el pasillo pasando la sala de estar —me indicó.
Mientras caminaba hacia la casa, Emily se acercó a Brady y a Colin, parecía que los estaba regañando por algo, ellos solo bajaron la cabeza. Realmente era graciosa la situación, era como una madre regañando a sus hijos.
Entre al tocador para arreglarme un poco. Acomode mi cabello, y me miré al espejo. La imagen que me devolvió el espejo era la de la una completa extraña, mis mejillas tenían un ligero tono carmesí y mis ojos brillaban de una forma especial. Creo que Caroline no exageraba.
Cuando salí del tocador, al pasar por la sala escuche unas voces, no sé por qué pero reconocí a la mujer que hablo.
—Te amo —dijo.
La puerta estaba entreabierta y me asome.
Jacob se encontraba de espaldas, mientras Maia lo besaba apasionadamente.
—Me encanta como besas —le susurró al oído.
En ese momento ella alzo la vista y me sonrío con gran satisfacción para luego volver a besarlo.
Me alejé hacia la puerta rápidamente y al abrirla me encontré con Alan, quien se sorprendió al verme.
—Ey… princesa, pensé que venía a una fiesta, ¿Por qué que esa cara?
—Sácame de aquí, por favor —fue lo único que pude decir.

Capítulo 5: Acercamiento

POV Jacob

—Espera Jacob. Antes quiero hablar contigo —me pidió Caroline.
—Tú dirás —le respondí sin quitar la vista de la ventana que daba al jardín.
—Quiero que sepas que Seth ya hablo conmigo, sobre tu imprimación con mi amiga. Pero deseo dejar en claro que esa chica que está ahí afuera, es como una hermana para mí y antes que decidas relacionarte con ella, necesito saber que paso con Maia, si terminaste definitivamente tu relación con ella.
Volví mi mirada hacia la novia de Seth no podía creer que me preguntara eso, ella más que nadie debía saber lo que implicaba la impronta.
—Por supuesto que termine con Maia, lo hice la misma noche en que conocí a Renesmee, jamás jugaría con ella —dije molesto.
—Lo siento Jake, no quise juzgarte mal, sé que eres un buen amigo.
—No te preocupes, es bueno saber cuánto quieres a Renesmee.
—Si la quiero mucho. Además ella no sabe nada de hombres lobos, ni de imprimaciones. Así que me preguntaba cómo vas sacar el tema con ella.
—No tienes por qué inquietarte, solo quiero conocerla y que ella me conozca a mí. Si después de eso, ella siente por mí, lo que yo siento por ella, le contare la verdad. Quiero que sea su elección —aclaré.
—Bueno… de eso no creo… que tengas que preocuparte.
Mi corazón se aceleró en un segundo cuando dijo aquello.
—¿Por qué te hablo de mí? —pregunté esperanzado.
—Este… no… pero te conozco y la conozco a ella, y me parece que se van a llevar bien —sonrío con picardía.
Nuevamente giré para observar hacia el jardín donde estaban Renesmee y Lindsay.
—Amor… deja ya el interrogatorio para otro día —dijo Seth—, no ves que Jacob, está ansioso por hablar con Renesmee.
—Si ya veo… se la come con la mirada —sonrió Caroline.
—Tienes razón… Hey Jake —me gritó Seth.
—Que quieres —gruñí.
—Espero que disimules un poco, si no la chica va a salir corriendo, pensando que eres un psicópata —se carcajeo.
Deje pasar su comentario y respiré profundamente antes de salir al patio.
—Bueno deséenme suerte —bromeé.
—¡Suerte! —hablaron a coro los dos.
—Te daremos unos minutos con ella a solas, pero no creo que Lindsay coopere, parece muy entretenida —se rió Caroline.
Mientras caminaba, no le quitaba los ojos de encima como bien decía Seth, pero era más fuerte que yo. Creo que pasaría mi vida mirándola.
Renesmee se veía preciosa con su Jean azul y su top negro que dejaba sus hombros descubiertos. Su cabello estaba recogido en una coleta. Se mostraba inocente y provocadora a la vez.
—¿Y… te gusta así? —le preguntó a la pequeña, mientras se miraba al espejo.
—Sí, si me gusta Ness.
—Hola —salude en casi un susurro.
Ella alzó la vista tímidamente, para observarme.
—Hola —respondió sin mostrar expresión en su rostro, al parecer seguía enojada por el incidente.
—Hola amigo de Seth —dijo la niña.
—Hola, Lindsay.
Renesmee le sonrío a la niña ante su original saludo.
Por un momento sentí envidia de que la hermana de Caroline, pudiera sacarle una sonrisa de sus bellos labios. Era obvio que primero tendría que limpiar mi imagen ante ella.
—Este… hummm quisiera disculparme por lo de anoche, nunca pretendí tirarte encima mi cerveza.
Volvió a mirarme a los ojos. Parecía que tenía un poder extraño sobre mí.
Cada vez que me miraba me quitaba el aliento.
—Descuida ya está olvidado.
—Gracias… y creo que deberíamos empezar desde cero ¿no crees?
Extendí mi mano hacia ella, por fin iba a poder tocarla, aunque sea solo su mano.
—Jake, encantado.
—Renesmee… Igualmente.
Tome su mano y la apreté levemente, era muy cálida y suave. Se sentía bien. Todavía seguía sin apartar mis ojos de ella.
—¿Me devuelves mi mano? —me preguntó.
No me había dado cuenta que no la había soltado.
—Perdón —murmuré.
—No hay problema —sonrío.
Su sonrisa, tan solo eso, movió mi mundo, la primera sonrisa que me dedicaba.
La niña interrumpió el silencio.
—¿Son novios? —preguntó.
Renesmee se ruborizo, ante su ocurrencia y yo no pude contener mi sonrisa.
—¡No! —se apuró a decir.
—¿Por qué dices eso? —cuestionó a la hermana de su amiga.
—Porque él te mira como tonto, así mira también Seth a Caroline.
Valla que era perspicaz la pequeña. Dos minutos aquí y ya me delate solo.
—¿No querías dibujar Lindsay?, ¿Por qué no vas a buscar los colores? —le recordó Renesmee creo que ansiaba cambiar de tema.
—¡Lo sabía! -gritó Lindsay —¡si son novios!
Renesmee puso los ojos en blancos -¿Por qué dices eso? ¿Qué tiene que ver?
—Es lo que hace Caroline, siempre me manda a buscar algo para quedarse sola con su novio. Y cuando vuelvo se están besando en la boca.
—Hug… qué asco —dijo la chiquilla.
—Seguro cuando me valla se van a comenzar a besar —nos acusó señalándonos.
Renesmee se puso roja como un tomate, se veía muy tierna ruborizada. Yo solo me reía ante las ocurrencias de la niña, pero en el fondo deseaba que eso fuera verdad, ya anhelaba probar sus labios.
Entonces Renesmee me fulminó con la mirada.
—Ve Lindsay trae los colores, que nadie se va a estar besando cuando vuelvas.
La niña salía corriendo hacia la casa.
—No deberías reírte de las cosas que dice —me advirtió un poco molesta.
—¿Por qué? Es muy graciosa, sin mencionar que tiene mucha imaginación y los temas sobre los que habla son muy interesantes.
—Es solo una niña no sabe lo que dice.
—Pues yo creo que si, por lo menos a lo referido a Seth y Caroline, son muy demostrativos —me reí.
Lindsay no tardo en regresar con un cuaderno y una cartuchera y se sentó al lado de Renesmee.
—¿Por qué tienes esa cara? ¿Estas enojada? —quiso saber Renesmee.
—Sí —respondió la pequeña con el ceño fruncido.
—¿Qué te pasa?
—Es que entre a la cocina y Caroline y Seth se estaban besando… son unos asquerosos —se quejó.
Renesmee le sonrío y alzo la vista para mirarme.
—Te lo dije —comenté.
Acarició la mejilla de la niña y le susurró:
—Lo que pasa es que están enamorados y por eso se besan —le explico—, la próxima vez… Si no quieres ver tápate los ojos.
—Eso haré —contestó todavía enojada—, ¿y tú Ness… estas enamorada?
Miré fijamente a Renesmee mientras esperaba su respuesta, quería saber a lo que me enfrentaba. Creo que hasta me puse celoso ante un posible rival.
—No Lindsay… no estoy enamorada.
Expulse el aire que retenía en los pulmones, creo que deje de respirar hasta que respondió. De verdad tenía que aprender a controlarme.
—Qué bueno Ness…
Me llamo la atención el apodo que utilizaba la niña para referirse a ella.
—¿Ness? —pregunté con curiosidad.
—Si… yo le puse así —me explico Lindsay—, lo que pasa es que su nombre es difícil.
—Y a ella le gusta. ¿No Ness?
—Si por supuesto que me gusta, ya te lo había dicho ¿recuerdas?
—Es lindo —dije—, Ness, suena bien, aunque… yo le agregaría una “i” al final —musité.
—Nessie, ¿Qué te parece Lindsay?
—¡Si me gusta! —aplaudió ella
—¿Verdad que es lindo Nessie?
—Si también es lindo —murmuró esquivando mi mirada, lo que me inquieto un poco. Creo que se sentía un poco incomoda conmigo, será que de verdad parecía un acosador.
—Ahora dibujemos, ¿sí? —le indicó a la chiquilla.
Me senté en suelo junto a ellas, mientras las dos comenzaron a dibujar, Lindsay pintaba garabatos y formas sin sentido, mientras que Renesmee, trazaba un paisaje en el que se veía una gran casa, rodeada de árboles y en el fondo unas montañas.
—Eres muy buena dibujando —comenté para entablar un poco de conversación.
—Hummm… gracias, pero tampoco es la gran cosa.
—Y ese paisaje existe ¿o no?
—Sí, algo así… se podría decir que es mi casa en Montana.
—Mira Nessie termine —interrumpió la niña.
—Es muy bonito Lindsay.
La hoja solo mostraba formas raras, algunos círculos y cuadrados, pero la niña sonrío mucho cuando Renesmee alabo su trabajo.
—Parece que te gustan, los niños —afirmé.
—Sí. Me llevo bien con ellos, y ella me recuerda a mi cuando era niña, ya que estaba sola y no tuve hermanos, de modo que no molesta jugar con ella.
—¡¡Ey!! Amigo de Seth, toma pinta tú también.
Asentí mientras tomaba el papel y el lápiz que me ofrecía.
—No se llama amigo de Seth Lindsay, su nombre es Jake —le recordó Nessie.
Sentí como mi corazón se revolucionaba, al escuchar que pronunciaba mi nombre, era un completo idiota enamorado, ya no me reconocía a mí mismo.
—Ok pero voy a necesitar una modelo —dije mientras le guiñaba un ojo a la pequeña.
—¡Dibújala a ella! —gritó señalando a Renesmee.
—¿Qué? ¿a mí?, no, no…
—Sí, sí, a ti Nessie —insistió haciendo un puchero.
—No te molesta ¿no? —le pregunté a Renesmee.
Ella suspiró y se encogió de hombros.
—Está bien —acepto.
Comencé trazando el contorno de su cara, y agregando poco a poco sus rasgos. Quería dejar impreso en el papel la belleza de su rostro, su hermoso cabello y su sonrisa.
Solo utilice lápiz negro y tonos marrones en su cabello y para resaltar sus ojos marrones. Me tomo 15 minutos terminar el dibujo. Los 15 minutos más preciados de mi vida hasta ahora.
Por momentos su mirada se cruzaba con la mía, pero luego se ponía un poco tensa y miraba hacia otro lado.
—Relájate —le susurré—, es solo un dibujo.
Resopló y mostró indiferencia.
—¿Te falta mucho? —se quejó.
—No, solo un minuto más —le sonreí.
—Tienes que quedarte quieta Nessie, eso hacen las modelos —murmuró Lindsay mientras garabateaba en otra hoja.
—Listo, ya está terminado —dije.
Para mi fortuna era muy bueno dibujando, así que no me sorprendió su reacción cuando le enseñe mi trabajo.
—Vaya… —Nessie se sorprendió, mientras miraba la hoja.
—Quiero ver, quiero ver… ¡qué lindo! —gritó la niña, es igualita a ti Nessie, que bonito.
—La verdad es tienes talento en esto —exclamó mirándome.
—Ahora tienes que firmarlo Jake —me ordeno la niña.
Renesmee me entrego el dibujo y sus dedos rozaron los míos, una pequeña corriente recorrió mi brazo, con tan solo ese contacto. Comencé a pensar como seria abrazarla, acariciar su cabello, su mejilla, besar sus labios. Seguro nada se compararía a las emociones que sentiría en ese momento.
Tome un momento para pensar que escribir, aparte de mi nombre. Quería que fuera algo especial una dedicatoria que la hiciera recordarme, pero que tampoco la asustara.
Lamentablemente no debía escribir que era la persona más importante para mí, que ya la amaba más de lo que se podía imaginar. Y que mi vida no tendría sentido si no estaba a su lado. Cielos no sabía que podía ser tan cursi. Pero me agradaba sentir todas estas cosas por Renesmee. Mi Renesmee.
Finalmente tome aire y escribí…


POV Renesmee

El me devolvió mi retrato de nuevo. Realmente me maraville al ver mi rostro en ese papel. Dibujo cada detalle mi fisonomía. Era un trabajo bien logrado.
En el pie de la hoja había una pequeña dedicatoria:

“Las cosas más hermosas
se pueden encontrar
en cualquier parte
incluso en un simple papel”
Jake

Sus palabras provocaron que mi corazón palpitara desbocado. Nunca en mi vida me habían escrito una frase más bonita que esta.
—Gracias —logré susurrar.
—De nada me dijo con su increíble sonrisa. Eran de esas que te quitan la respiración.
Y sus ojos eran como dos imanes que me atraían, no podía apartar mis ojos de los suyos.
Realmente no entendía que me estaba pasando, sentía una extraña sensación en mi estómago cada vez que me hablaba o me sonreía. Nunca me había sentido así con nadie.
La hermana de Caroline dejo los lápices a un lado y bostezo a la vez que se estiraba.
—Tengo sueño murmuro.
—Vamos te llevo a tu habitación —dije mientras me incorporaba.
Jake también se levantó y se apuró a alzar a Lindsay del suelo.
—No te preocupes Nessie ya se la llevo a Caroline —además está un poco pesada.
Estaba a punto de decirle que no era ninguna chica débil, pero me calle, al fin y al cabo se estaba portando muy amable.
—De acuerdo —murmuré.
Se encamino de inmediato a la casa a llevar a la niña para que durmiera su siesta.
Me volví a sentar en el césped y observaba una y otra vez mi retrato y leía la frase que me escribió, de verdad me consideraba hermosa. Eso me hizo sentir muy bien.
A los pocos minutos salió con unas bandejas en las manos. Las coloco sobre la mesa del jardín, en ellas estaban los bocadillos que preparo Caroline y unos refrescos.
—Esta vez prometo no derramar nada encima de ti —bromeó.
—Espero que cumplas tu promesa —dije riendo.
—Siempre lo hago —me respondió.
—¿Y Caroline y Seth? —le pregunté ya llevaban mucho tiempo adentro esos dos pensé, seguro que mi amiga lo hacía apropósito para dejarme a sola con su amigo…
—Ya vienen, se ocupan del angelito, parece que quiere un cuento —me sonrió.
—¿Por qué no comemos algo mientras los esperamos? —sugirió.
Nos sentamos uno en frente del otro en la pequeña mesa del jardín. Tome una pizza y me dedique a observarlo detenidamente. En verdad era guapo, muy guapo para ser sincera. Sus músculos se marcaban bajo su camisa, su piel era de un lindo tono moreno y sus ojos tenían un brillo especial en la mirada y su sonrisa era francamente inolvidable.
Suspiré sin darme cuenta.
—¿Qué? ¿pasa algo? —me preguntó divertido…
Desvíe mi mirada para otro lado, sentí como un repentino calor invadía mis mejillas.
—No, no pasa nada —mentí.
—Humm… dudo un poco.
—¿Qué? —seguro se había dado cuenta que lo estaba analizando hace unos segundos.
—Es que… Tienes un poco de tomate al lado de tu boca —parece que le divertía eso.
Genial ahora era su payaso personal.
—¿Sí? ¿Dónde? —toque el lado izquierdo de mi boca.
—No… del otro lado, déjame ayudarte —ofreció.
Se acercó un poco y con la yema de su pulgar limpio suavemente la comisura derecha de mi labio.
Mi boca tembló ligeramente cuando me toco.
—Ya está, ¿vez? —me enseño su dedo, el cual tenía los resto de tomate, y se lo llevo a la boca y limpio las sobras.
¡Dios! Porque hacia eso, estaba a punto de tener un colapso nervioso.
Logre tragar con dificultad los restos de la pizza que estaba comiendo.
Finalmente Caroline y su novio se dignaron a acompañarnos. Entre él y Jake se devoraron toda la comida, no entendía donde les cabía tanto.
—Ey Jake ayer recibí un mensaje de mi hermana te manda saludos, dice que está muy bien —contó Seth.
Caroline me comento que su cuñada vivía en Canadá y se estaba por casar pronto.
—Y para cuando es la boda de Leah, supongo que estamos invitados ¿no? —le pregunto Jake.
—Por supuesto que si Jacob Black… acaso piensas que mi hermana se olvidaría de su familia —le respondió Seth.
—Solo bromeaba —le aclaro su amigo.
En ese monto me quede en blanco… Jacob Black, ese nombre… lo escuche hace poco. ¡Claro! Que tonta, estaba sentada al frente del que había sido en un entonces el amigo y enamorado de mi madre, según mi tío Emmett.
—¿Jacob? —dije en un susurro…
—Ha si… Ese es su nombre, Jake es un apodo —me aclaro Caroline.
—Claro —fue lo único que salió de mis labios.
—Te pasa algo Renesmee —dijo mi amiga.
—No, nada —le sonreí.
Luego los muchachos, recogieron los platos y se ofrecieron a lavarlos ya que Caroline se había encargado de hacer toda la comida.
—¿Y… que tal? —me cuestiono Caroline.
—¿Qué cosa?
—Oh, vamos Renesmee, sabes de lo que estoy hablando…
—No, no sé.
—Ok te seguiré el juego, que tal te pareció ¿Jake?
Si me lo hubiera preguntado hace cinco minutos le hubiera contestado que me gustaba, pero ahora no dejaba de pensar en relacionarlo con mamá, lo cual era muy extraño. La verdad no sé porque pensaba eso, después de todo mi madre me dijo que no hubo nada entre ellos. Sin contar que estaba de novio con otra mujer hasta hace unas horas.
—¿Qué quieres saber exactamente? —inquirí despreocupada, por supuesto que intuía que necesitaba saber.
Suspiró un poco impaciente.
—¿Qué te parece? ¿Te gusta?
—Es agradable —susurré.
—Lo que significa…
—Está bien —bufe—, es agradable, guapo, amable, y tiene un increíble talento para dibujar —le mostré mi retrato.
—¡Wow! No sabía de las aptitudes artísticas de Jake —se rió—, y además es todo un poeta, dijo señalando la frase.
Yo me encogí de hombros. No quería darle tanta importancia. Para que no siguiera con sus preguntas.
—A ver amiga dime una cosa, y no me mientas —aclaro con el ceño fruncido—-. Te gusta Jake, ¿sí o no?
—¿Se puede saber porque estas tan interesada en que salga con tu amigo? —la interrogue con los ojos entrecerrados.
—Porque te quiero y quiero que seas feliz, y sé que Jake podría hacer que eso suceda.
—¿Y cómo estas tan segura?, después de todo hasta hace unas horas andaba con esa loca y seguro que ha tenido más de una en su lista de conquistas —dije amargamente.
Su cara se tornó pensativa un momento, como si intentara decir algo.
-Solo lo presiento… y con respecto a Maia eso no cuenta, la verdad no eran el uno para el otro. Y no es por hacerlo quedar bien pero Seth me ha contado que no le ha ido muy bien en el amor así que no creo que haya tenido una larga lista de conquistas —aclaro.
—¿Y bien que me dices? —estaba segura que no se iba a dar por vencida.
—Está bien, sí. Me gusta… ¿Contenta?
Caroline comenzó a carcajearse, lo sabía, lo sabía.
—¿Y? ¡Eso no significa que vaya a pasar algo entre nosotros! —le explique.
Los chicos regresaron a los 10 minutos.
—¿Qué están gracioso cariño? —le preguntó su novio a mi amiga.
La fulminé con la mirada, si comentaba algo la mataba…
—Nada importante Seth.
Pasamos el resto de la tarde hablando de su reserva y me pidieron que acudiera a conocerla. Siempre se juntaban todos a pasar el rato alrededor de una enorme fogata y solían contar historias. Jacob insistió mucho en que fuera y al final acepte, no me pude resistir a esos ojos. Inmediatamente se ofreció en ir a recogerme a mi casa, pero le dije que mejor iba con Caroline.
Cuando oscureció, pedí un taxi para volver a casa del abuelo Charlie.
—Segura no quieres que te lleve, traje mi auto, la verdad sería un placer hacerlo —dijo con una hermosa sonrisa.
—Te lo agradezco pero no es necesario —trate de ser lo más amable posible, pero creo que no le gustó nada mi negativa.
—Por lo menos deja que te acompañe, hasta que lleguen por ti —insistió.
—Está bien.
Me despedí de Seth y mi amiga y fui con Jacob hasta la puerta. Nos sentamos en el porche y conversamos un poco más a solas. Le conté que era la primera vez que visitaba Forks, y que me quedaba en la casa de mi tío. No quise dar mucha información, después de todo lo único que sabía sobre él era que en un tiempo fue amigo de mi madre cuando era humana. Tenía prohibido hablar sobre nuestra condición eso fue una de las primeras cosas que me enseñaron mis padres, guardar el secreto. Los únicos que lo sabían según yo eran Charlie y Sue. Así que cuando me pregunto sobre mis padres dije que habían muerto y vivía con otros tíos y mis primos en Montana.
Fue entonces cuando me pregunto si no me gustaría venir a vivir a Forks con mi otro tío.
Su pregunta me descoloco, jamás pensé la posibilidad de dejar a mi familia.
—Eh… no lo sé, lo que pasa es que estoy terminando la escuela, no puedo dejar mi ciudad.
—Claro… entiendo —murmuró, parecía triste de repente.
—Pero ahora que termine el instituto, tendré un tiempo libre así que tal vez pueda pasar una temporada aquí.
—¡Eso sería estupendo! —me sonrío—, así podríamos frecuentarnos más, ¿claro si tú quieres?
—Me parece bien. Además a los únicos que conozco son a Caroline y a Alan. Bueno… Y ahora a Seth y a ti.
—Ya verás que te va gustar este lugar, y sobre todo la reserva, es un lugar muy bonito.
El taxi no tardó en aparecer y Jacob me acompaño hasta él y me abrió la puerta del vehículo.
—Este… -se lo veía un poco tenso y en su cara había una expresión rara, como de melancolía, parecía que no quería que me fuera.
—Mañana te espero… no faltes —me recordó.
—No te preocupes quiero conocer esa playa —aclaré— y gracias por el dibujo en verdad me gustó mucho…
Su cara me volvió a regalar esa sonrisa que ya tanto me gustaba.
—Espero que haya cambiado la mala impresión que te di.
—Totalmente olvidada —le confié.
Ahora venía la parte difícil, nunca me había pasado con nadie, no sabía cómo despedirme de él. Una apretón de manos, un abrazo, un beso…
Pero el dio el primer paso acortando la distancia que nos separaba, su rostro estaba a centímetros del mío. No podía apartar mis ojos de los suyos.
—Supongo que es un hasta pronto ¿no? —me preguntó.
—Seguro —susurré.
—Hasta pronto entonces —dijo mientras se acercaba peligrosamente a mi boca…
Por un momento contuve mi respiración, luego su rostro se inclinó un poco a un lado de mi cara dándome un tierno beso en mi mejilla muy cerca de la comisura de mis labios.
Nos quedamos mirándonos por unos segundos.
—Adiós —apenas pude formular esa palabra.
Subí a mi taxi y este se alejó de allí.
Jacob se quedó parado en el mismo lugar, hasta que los dos nos perdimos de vista.
Era increíble pero ya lo extrañaba…